Washington. Boeing está pidiendo a los proveedores que revelen los registros sobre el titanio chino desde 2014, según una carta vista por Reuters, mientras el fabricante de aviones estadunidense amplía los controles para detectar documentos falsos utilizados para autentificar el metal utilizado en aviones comerciales.
Los reguladores dijeron en junio que estaban investigando si se utilizaron documentos falsos o incorrectos para identificar la autenticidad del titanio utilizado para piezas de algunos aviones Boeing y Airbus.
Los informes sobre documentación falsificada inicialmente generaron inquietudes sobre la integridad estructural de algunas aeronaves, pero los fabricantes de aviones y los proveedores afirman que se utilizó la aleación de titanio correcta y que sus productos son seguros.
Los registros en papel son fundamentales en la aviación, donde los reguladores insisten en que se documenten claramente incluso los cambios menores en la producción para garantizar que los aviones sean seguros.
“En aras del pleno cumplimiento, ahora estamos ampliando el alcance de nuestra solicitud”, escribió Boeing en la carta enviada a mediados de julio a los proveedores en la que solicita detalles antes del 9 de agosto.
No está claro por qué Boeing pide a los proveedores que proporcionen registros de compras de titanio chinas que datan de hace una década.
Boeing dijo que si bien el impacto del problema en toda la industria es extremadamente limitado para Boeing, la compañía “continúa trabajando con nuestros proveedores para garantizar que cada pieza de titanio esté documentada adecuadamente”.
La resistencia y el peso ligero del titanio de grado aeroespacial lo hacen ideal para los componentes que soportan los mayores esfuerzos, como las piezas del motor y el tren de aterrizaje de los grandes aviones. El suministro de titanio ha sido limitado debido a la demanda de aviones y a que las naciones occidentales buscan alternativas al metal fabricado en Rusia y China.
Bajo escrutinio tras caída de parte de fuselaje en pleno vuelo
Boeing ha estado bajo escrutinio durante todo el año tras la explosión en pleno vuelo del panel de una puerta de un nuevo 737 MAX 9 el 5 de enero. Los documentos necesarios que detallan la extracción de esa pieza clave para las reparaciones no han sido localizados y Boeing cree que nunca fueron creados.
El año pasado, el fabricante de motores a reacción CFM International reveló que miles de componentes de sus motores podrían haber sido vendidos con documentación falsificada por un distribuidor británico.
Joe Buccino, portavoz del proveedor de Boeing, Spirit AeroSystems, dijo que la compañía cumplirá con la carta del fabricante de aviones, lo que Boeing confirmó.
El rival europeo Airbus dijo que está colaborando con las autoridades e investigando la falta de trazabilidad adecuada que afecta a un pequeño número de piezas de titanio de proveedores de programas como el A220, A320 y A350.
La Administración Federal de Aviación (FAA) no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) no estuvo inmediatamente disponible para hacer comentarios.
Boeing pidió en febrero a sus proveedores que revelaran si adquirieron el metal a través del distribuidor Titanium International Group (TIG) desde enero de 2019.
En junio, el New York Times informó que TIG notó que el material parecía diferente de los suministros anteriores y determinó que la documentación que acompañaba al titanio parecía no ser auténtica.
Desde entonces, el fabricante de aviones ha pedido a su cadena de suministro que confirme que su documentación es legítima después de que la compañía revisara certificados de conformidad de China que el fabricante chino original no reconoció como auténticos.