París. ¡Fin de la espera! A pesar de la fuerte lluvia que bañó a París en este viernes de alta tensión, una colorida e inédita ceremonia de apertura en las aguas del río Sena, por donde desfilaron en botes miles de deportistas, dio la largada oficial a los Juegos Olímpicos de 2024.
Galería: París 2024 da la bienvenida con histórico desfile de delegaciones por el Sena
Las voces de Lady Gaga y Céline Dion, danzas y actuaciones en monumentos parisinos y la ilusión de 6 mil 800 deportistas navegando en 85 embarcaciones se sobrepusieron al chaparrón que acompañó el ambicioso show inaugural de la capital de Francia, el primero de unos Juegos celebrado fuera de un estadio.
Y dieron también un parte de tranquilidad para el arranque oficial de unas justas que se extenderán hasta el 11 de agosto, cuyo Día D comenzó con un saboteo a la red ferroviaria francesa, a pesar de las extremas medidas de seguridad desplegadas a lo largo del país.
El "ataque masivo", con incendios incluidos, buscó paralizar la red de trenes de alta velocidad y afectó a 800 mil viajeros, varios atletas entre ellos, lo que provocó la rabia e indignación de las autoridades de Francia.
Pero el intento de hacer trastabillar "los Juegos de los deportistas", como los llamó el gobierno francés, no afectó el desarrollo del espectáculo dirigido por el director de teatro Thomas Jolly.
"Gracias (a los anfitriones) por recibirnos de esta forma tan espectacular. La llama olímpica hará a París y a toda Francia brillar aún más", dijo el presidente de Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, durante el acto.
Zizou da la largada
Con paraguas y capas, 320 mil personas se agolparon a los márgenes del emblemático río que divide París para un espectáculo de cuatro horas que comenzó puntual, a las 19:30 horas locales, con la proyección de un video que provocó sonrisas orgullosas y aplausos. Miles más lo vieron en directo desde ventanas y balcones.
Las imágenes proyectadas mostraron al legendario Zinedine Zidane cargando la antorcha olímpica por entre el tráfico y el metro parisinos.
Tras su salida de pantalla, antes de la cual encargó a unos niños y un enmascarado la custodia de la llama, comenzó el tradicional desfile desde el puente de Austerlitz, encabezado por la delegación de Grecia, creadora de los Juegos, que recorrió seis kilómetros del Sena y monumentos como la catedral de Notre Dame.
La parada, a la que minutos después se sumó una lluvia fortalecida con el andar del reloj, tuvo interrupciones para dar paso a videos e intervenciones artísticas, la primera de ellas de una Lady Gaga vestida de negro que interpretó Mon truc en plumes, canción de Zizi Jeanmaire emblemática del music-hall francés.
A la estrella del pop estadounidense le sucedieron puestas en escenas -en las que participaron en total 2 mil artistas- cargadas de diversidad que celebraron la cultura gala y oscilaron entre clásicas puestas en escena francesas, modernos bailes callejeros y rock.
También las interpretaciones de la cantante francesa de origen maliense Aya Nakamura, la artista francófona más oída del mundo, criticada de nuevo por la ultraderecha, y la emotiva versión de Imagine -la inmortal creación de John Lennon convertida en himno de paz- de parte de Juliette Armanet.
Llamado a la paz
Acompañado del presidente del COI y autoridades de otras naciones, algunas cubiertas con chubasqueros en una tribuna especial que se vació a medida que el agua aumentaba, el mandatario francés, Emmanuel Mácron, observó el espectáculo en una pasarela instalada al frente de la Torre Eiffel, decorada con los cinco aro olímpicos y receptora de las delegaciones tras su viaje fluvial.
El misterioso enmascarado regresó la antorcha olímpica a Zidane, tras 'cabalgar' por el Sena y entrar al lugar sobre un caballo mecánico, escoltado por los estandartes de todos los países participantes.
Zizou, muy vitoreado por los presentes, cedió la antorcha al tenista español Rafael Nadal, quien comenzó su traspaso a manos de otras leyendas del deporte (Carl Lewis, Nadiea Comaneci y Serena Williams) que la llevaron finalmente hasta el Jardín de las Tullerías.
De allí partió el pebetero en un espectacular globo aéreo dorado que hizo olvidar el ambiente de alerta antiterrorista y las tensiones globales por las guerras en Ucrania y Gaza.
Y le dio paso al punto más emotivo de la noche: la reaparición de Céline Dion, ausente de los escenarios desde 2020 por una rara enfermedad. En lo alto de una Torre Eiffel bañada en luces multicolores y entonando la canción "El himno al amor" de Edith Piaf, la canadiense dio cierre a una ceremonia lluviosa e inolvidable.