Los operadores creen que la Reserva Federal (Fed) mantendrá su objetivo de tasas de interés a corto plazo en 5.25-5.5 por ciento la próxima semana y esperará hasta septiembre para iniciar una serie de reducciones de un cuarto de punto, tras nuevos datos que mostraron que la economía estadunidense recobró impulso el trimestre pasado.
Previamente, los operadores estimaban que había una posibilidad de 9 por ciento de que la Fed rebaje las tasas en su reunión de la semana que viene, pero las redujeron a menos de 7 por ciento tras un informe del gobierno que mostró que la economía creció a un ritmo de 2.8 por ciento el trimestre pasado, más de lo esperado y el doble que en el primer trimestre del año.
Sin embargo, siguen apostando por recortes de un cuarto de punto en septiembre, noviembre y diciembre.
Por otra parte especialistas señalan que la batalla de la Fed para controlar la inflación se enfrenta probablemente a nuevos retos si Donald Trump recupera la Casa Blanca.
Un amplio abanico de economistas considera que la agenda arancelaria de Trump, unida al objetivo de deportar a millones de trabajadores indocumentados y a la probabilidad de que se incrementen los déficits, reavivará las presiones sobre los precios y probablemente empujará a la Fed a reaccionar con una política monetaria más restrictiva de lo que ahora se estima.
Advierten que el plan de Trump de imponer aranceles generalizados de 10 por ciento a los bienes importados -y tasas aún más altas a los productos chinos- generaría un repunte puntual de la inflación, y que las deportaciones harían subir los salarios de los trabajadores, lo que aumentaría la presión.
Un modelo de Oxford Economics que analiza las posibles posturas políticas de los candidatos, por ejemplo, predice que en un segundo gobierno Trump, una medida de inflación que excluya los precios de los alimentos y la energía, y que la Fed vigila, alcanzaría un máximo entre 0.3 y 0.6 puntos porcentuales más de lo que cabría esperar con la política presupuestaria vigente.
El pronóstico se compara con un posible exceso de inflación de entre 0.1 y 0.2 puntos porcentuales bajo un gobierno demócrata liderado por la vicepresidenta Kamala Harris.