Ciudad de México. México debe analizar su relación comercial con China desde una perspectiva más objetiva, destacó Sergio Ley López, quien fuera embajador de nuestro país en el gigante asiático (2001-2007), al remarcar que 80 por ciento de las importaciones desde esa nación son de bienes intermedios, es decir, componentes que se incorporan a la manufactura local para fabricar productos que posteriormente se exportan o se comercializan en territorio nacional.
El sábado pasado Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda, puso en la mira el elevado déficit comercial que registra México con China, al señalar que ese país nos vende y no nos compra
, por lo que advirtió que se tiene que revisar la relación comercial (https://bit.ly/46lIKMu).
Las palabras del funcionario, quien repetirá al frente de la SHCP durante el gobierno de Claudia Sheinbaum, se dan en un contexto en el que EU, principal socio comercial de México, tiene una batalla comercial con China, en la que ha señalado a nuestro país de ser usado por el gigante asiático para exportar de manera ilegal sus productos a territorio estadunidense.
En esta batalla entre las dos potencias económicas más grandes del mundo, México se encuentra justo en medio, por lo que el gobierno, enfatizó Ley López, debe manejar la relación bilateral con ambas naciones de la forma más inteligente posible, velando siempre primero por los propios intereses y no por los de EU ni por los de China.
El también presidente de la Sección Internacional para Asia y Oceanía del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) destacó que si bien el conflicto entre las potencias está catalogado como una guerra comercial
, la realidad es una disputa por quién tendrá el predominio global en lo referente al manejo de las nuevas tecnologías.
En este sentido, destacó que México, debido a su cercanía, juega un papel importante, toda vez que tiene el compromiso con EU de no poner en riesgo su seguridad nacional.
Nuestro enfoque en este conflicto debe de ser velar por el interés supremo de México, pero sí creo que tenemos un compromiso desde el punto de vista de seguridad nacional con EU. No nos podemos convertir en un trampolín para China ni mermar la seguridad de Norteamérica, pero desde el punto de vista comercial debemos ejercer nuestra soberanía
, indicó.
El sábado pasado Ramírez de la O destacó que mientras México compra anualmente a China alrededor de 119 mil millones de dólares, la nación asiática adquiere únicamente 11 mil millones de dólares, lo que habla de una disparidad comercial de 10 a uno. Sin embargo, precisa Ley López, son cifras que se deben analizar más a fondo, pues como se ha dicho antes, están subregistradas y tienen una razón de ser.
El hecho de que 80 por ciento de las importaciones de México desde China sea de bienes intermedios tiene que ver con que en nuestro país no se fabrican, o sale mucho más barato comprarlas allá. Lo que significa que, de no hacerlo de esa manera, los productos finales, ya sea para exportación o para comercializar en territorio nacional, se encarecerían de manera importante, disminuyendo la competitividad del país.
Más allá de revisar la política comercial con China, ¿qué es lo que podría subsanar el elevado déficit?, se pregunta Ley López. La respuesta es: aumentar la producción, y para eso es necesario hacer un censo de las empresas que están importando bienes intermedios de China y de las firmas de aquel país que están exportando a México, y así crear condiciones para que esas empresas se instalen en territorio nacional y produzcan aquí.
“Eso crearía un círculo virtuoso, crearíamos empresas mexicanas que producirían los bienes intermedios que necesita la industria mexicana. Crearíamos empleos y disminuiría el déficit comercial que tenemos con China. Eso también es nearshoring, a veces creemos que sólo debemos atraer empresas de EU o Europa, pero las chinas juegan un papel importante”, explicó el ex embajador.
Advirtió que es muy probable que el gobierno de Pekín esté viendo con preocupación la postura que toma el gobierno mexicano; sin embargo, quien tiene más que perder es nuestro país, pues China se convertirá en la principal potencia del mundo, además de que actualmente tiene una clase media de 500 millones de personas, lo que es más que toda la población de EU, lo que lo convierte en un mercado indispensable.