Ginebra. Casi una cuarta parte de los 39.9 millones de personas que viven con VIH en todo el mundo, es decir, 9.3 millones, no reciben un tratamiento que les salve la vida. Como consecuencia, una persona muere cada minuto por causas relacionadas con esta enfermedad, dio a conocer ayer la agencia de Naciones Unidas especializada en el tema, Onusida.
Las medidas que tomen los líderes políticos este año decidirán el destino de millones de vidas y si terminará o no la pandemia más letal del mundo
advirtió el informe La urgencia del ahora: el sida frente a una encrucijada.
Los líderes se comprometieron a reducir las nuevas infecciones anuales a menos de 370 mil para 2025, pero los registros aún son más de tres veces esa cantidad. En 2023 se contabilizaron 1.3 millones de contagios.
Los recortes de recursos y el aumento de la presión contra los derechos están poniendo en peligro todo el progreso logrado, alertó la institución.
Pueden cumplir su promesa, pero, para ello, han de asegurarse de que la respuesta al VIH tenga los recursos que necesita y que los derechos humanos de todos estén protegidos
, afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Onusida.
Pese a los pasos en la prevención de nuevas infecciones, que han disminuido en 39 por ciento desde 2010 en todo el mundo, África oriental y meridional permanecen como las regiones más afectadas, con 20.8 millones de personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana, 450 mil infectados el año pasado y 260 mil muertes.
El documento mostró que los nuevos enfermos continúan aumentando en Oriente Medio y África del Norte, Europa Oriental y Asia Central y América Latina.
En 2023 el sida mató a 630 mil personas frente a 670 mil el año anterior. Esa cifra es 69 por ciento menos que en 2004 –el año negro de la pandemia–, pero aún está muy lejos del objetivo fijado para 2025, de caer por debajo de 250 mil fallecimientos.
El acceso a la terapia antirretroviral –que en la actualidad es muy eficaz– es el principal problema. A finales de diciembre del año pasado, 30.7 millones de personas tenían alguno de estos tratamientos; sin embargo, se mantiene por debajo del objetivo para el siguiente año, que es de 34 millones de personas con medicación para este virus.
El estigma y la discriminación, así como la criminalización, de los que son víctimas en muchas sociedades las personas infectadas con el VIH, también impiden el progreso porque no pueden obtener ayuda y tratamiento sin enfrentar peligro, expuso el informe.