Las elecciones del pasado 2 de junio cambiaron radicalmente el mapa político del país. Las fuerzas políticas tradicionales sufrieron grandes derrotas, mientras que el partido en el poder se consolidó con un amplio margen al quedarse con la Presidencia de la República, gobernar en 23 estados y tener mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado. Ante este escenario es necesario reflexionar en la nueva oposición que se ofrece a la ciudadanía como alternativa al poder entrante.
Tras cada elección, la oposición derrotada manifiesta su interés por crear nuevos partidos y reorganizarse. En el caso actual, el llamado Frente Cívico Nacional, en el que participan Guadalupe Acosta Naranjo, Emilio Álvarez Icaza, Gustavo Madero y Fernando Belaunzarán, busca convertirse en instituto político, lo mismo que el movimiento llamado Marea Rosa, y también la organización Viva México, ligada al actor Eduardo Verástegui, quien buscó ser candidato independiente a la Presidencia. Otros que tienen interés en ser alternativas son las encabezadas por el ex priísta Miguel Ángel Osorio Chong, al igual que Sandra Cuevas, ex alcaldesa de Cuauhtémoc. A ellos se suman los perredistas dirigidos por Jesús Zambrano, quienes perdieron el registro nacional. Como requisito mínimo tendrán que celebrar asambleas por lo menos en 20 entidades en las que participen 3 mil afiliados en cada una, o bien, en 200 distritos electorales con un aforo de 300 personas, lo cual requerirá que lleven a cabo grandes tareas de organización popular para obtener el apoyo ciudadano requerido.
Contar con una oposición sólida y organizada es importante para el gobierno que inicia y para los futuros. Para cualquier democracia es importante que existan por lo menos dos voces: los que están en el poder y los que lo desean. Con ello, la discusión y el debate permiten que la ciudadanía inconforme se agrupe, inspeccione de cerca al que gobierne y, eventualmente, acceder mediante las elecciones al poder.
La oposición debe ser original y representar a la ciudadanía que no está de acuerdo con el gobierno. Si en ésta aparecen los políticos de siempre, la gente va a rechazarlos. Por ello, las nuevas agrupaciones que emergerán deberán hacer propuestas interesantes que atraigan a los votantes, pero sobre todo sus representantes deben contar con trayectorias impecables y limpias que generen confianza para convertirse en una alternativa real de acceso al poder.
Colaboró: Mario A. Domínguez
