Nueva York. La campaña de Donald Trump publicó el sábado una actualización sobre la salud del expresidente, una semana después que sobreviviera a un intento de asesinato en un acto de campaña en Butler, Pensilvania.
El informe, elaborado por el congresista de Texas Ronny Jackson, que fue médico de Trump en la Casa Blanca, ofrece nuevos detalles sobre la naturaleza de las heridas del candidato republicano y el tratamiento que recibió inmediatamente después del ataque.
Según Jackson, Trump sufrió una herida de bala en la oreja derecha de un fusil de alta potencia que llegó “a menos de un cuarto de pulgada de entrar en su cabeza, e impactó la parte superior de su oreja derecha”.
La trayectoria de la bala, indicó, “produjo una herida de 2 cm de ancho que se extendió hasta la superficie cartilaginosa de la oreja. Al principio se produjo una hemorragia importante, seguida de una marcada hinchazón de toda la parte superior de la oreja”.
Aunque la inflamación se ha resuelto desde entonces y la herida “está empezando a granular y a cicatrizar adecuadamente”, afirmó que Trump sigue experimentando hemorragias intermitentes, que requieren el vendaje que se exhibió en la Convención Nacional Republicana de la semana pasada.
“Dada la naturaleza amplia y contundente de la herida en sí, no se requirieron suturas”, escribió.
Trump fue atendido inicialmente por personal médico del Butler Memorial Hospital. Según Jackson, los médicos “proporcionaron una evaluación exhaustiva de lesiones adicionales que incluyó una tomografía computarizada de su cabeza".
Trump, dijo, “tendrá más evaluaciones, incluyendo un examen auditivo completo, según sea necesario. Hará un seguimiento con su médico de cabecera, según las indicaciones de los médicos que lo evaluaron inicialmente”, escribió.
“En resumen, el expresidente Trump está bien y se está recuperando como se esperaba de la herida de bala sufrida el pasado sábado por la tarde”, añadió.
La carta es la primera actualización oficial sobre el estado del expresidente desde la noche del incidente.
Jackson, un firme partidario de Trump, dijo en la carta que, como exmédico de Trump, estaba profundamente preocupado por el bienestar del expresidente tras el ataque y se reunió con él en Bedminster, Nueva Jersey, a última hora del sábado después que Trump regresara de Pensilvania “para comprobar personalmente cómo estaba, y ofrecer mi ayuda de cualquier manera posible”.
Explicó que ha estado con Trump desde entonces, evaluando y atendiendo su herida a diario. Eso incluye viajar con él el sábado a Michigan, donde el expresidente celebra su primer mitin desde el tiroteo, acompañado por su recién nombrado compañero de fórmula, el senador de Ohio JD Vance.
No está claro si Jackson sigue siendo un médico con licencia. Un portavoz del congresista no ha respondido de momento, y el de la campaña de Trump tampoco lo ha hecho.
Los registros de la Junta Estadunidense de Medicina de Emergencia muestran que Jackson contaba con una certificación en Medicina de Emergencia válida hasta finales de 2015.