Ciudad de México. La economía de México crecerá 2.2 por ciento en 2024 debido a que el arranque de año fue más lento de lo esperado, al desvanecimiento de la expansión de la construcción y de la manufactura, así como por la ralentización de la actividad de Estados Unidos, principal socio comercial del país, pronosticó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De acuerdo con el reporte Perspectivas económicas del organismo internacional, la economía de México tendrá el potencial de avanzar 2.2 por ciento en 2024, por debajo de la estimación previa de 2.4 por ciento. Y aunque mejoró su perspectiva para 2025, la actividad productiva del país seguirá mostrando una importante desaceleración, al prever una tasa de crecimiento de 1.6 por ciento.
El reporte del FMI contrastó con las estimaciones del gobierno federal, pues en marzo, la Secretaría de Hacienda, bajo el liderazgo de Rogelio Ramírez de la O, previó que la economía de México crecerá entre 2.5 y 3.5 por ciento este año y de 2 a 3 por ciento en 2025, en línea con las estimaciones presentadas en el Paquete Económico de 2024.
En tanto, el Banco de México redujo en mayo, por segundo trimestre consecutivo, su pronóstico de crecimiento para la economía a una tasa puntual de 2.4 por ciento desde 2.8 por ciento que tenían en febrero.
El FMI no está considerando un impulso económico por la relocalización de las cadenas productivas en México, el llamado nearshoring, y más bien, tras un fuerte crecimiento del producto interno bruto (PIB) el año pasado de 3.2 por ciento, cuando se presentó mucha inversión en la construcción y en la expansión de la manufactura, prevé que este año se estará desvaneciendo el efecto.
Asimismo, considera la desaceleración en Estados Unidos, el país al que se dirige la gran mayoría de las exportaciones de México.
Incertidumbre política
En sus nuevas estimaciones, el FMI pronosticó que Estados Unidos, principal socio comercial de México, podrá crecer 2.6 por ciento este año, en lugar de 2.7 por ciento como lo pronosticó previamente. En tanto, para 2025 se espera que la tasa de crecimiento de su PIB sea de 1.9 por ciento.
Así, el organismo internacional aleja la probabilidad de una recesión en la principal economía del mundo, pero sí prevé una ralentización de su actividad, en medio de altas tasas de interés, con el fin de que la inflación estadunidense se dirija a la meta de 2 por ciento planteada por la Reserva Federal (Fed).
La incertidumbre de la política monetaria se dirige hacia los nuevos desafíos: la desinflación en las economías avanzadas, que podría obligar a los bancos centrales, incluida la Fed, a mantener altos los costos de endeudamiento durante aún más tiempo. Eso pondría en riesgo el crecimiento general, con una mayor presión al alza sobre el dólar y efectos perjudiciales para las economías emergentes y en desarrollo.
Lamentablemente, la incertidumbre en materia de política económica se extiende más allá de las consideraciones fiscales.
El desmantelamiento gradual del sistema de comercio multilateral es otra preocupación clave.
Cada vez más países están siguiendo su propio camino, imponiendo aranceles unilaterales o medidas de política industrial cuyo cumplimiento de las normas de la Organización Mundial del Comercio es, en el mejor de los casos, cuestionable.
El imperfecto sistema comercial podría mejorarse, pero es poco probable que este aumento de medidas unilaterales genere una prosperidad global duradera y compartida, aseveró el FMI.
El fondo espera que la economía mundial crezca 3.2 por ciento en 2024. Con ello, mantuvo sin cambios su proyección previa de abril, pero la previsión de crecimiento para 2025 se revisó al alza, en 0.1 puntos porcentuales hasta 3.3 por ciento.
El crecimiento estará liderado por India, con un avance de 7 por ciento, que aunque se desaceleró en 2024, su tasa de crecimiento será la más alta a nivel mundial, estimó el FMI.