Ciudad de México. Ante el proceso de gentrificación que se vive en el Centro Histórico donde inversionistas chinos y coreanos desplazan al pequeño comercio local, el líder de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco CDMX), José de Jesús Rodríguez Cárdenas, pidió, a las autoridades hacendarías revisar el origen de las mercancías que proceden del oriente para una competencia equitativa, asimismo dicho comercio cumpla con las normas de protección civil y se respeten los edificios catalogados.
El comercio popular de vestidos para quince años, novias, bautizos, muebles, bisutería, cosméticos, blancos y otros, en calles que tenían por tradición estos giros como la Lagunilla, Mixcalco y otros puntos del centro de la Ciudad, son desplazados por comerciantes orientales, apuntó.
Si bien el comercio, “es bienvenido, genera bienestar, proporciona un servicio a la sociedad en sus distintas necesidades; es una realidad, que ha habido una gentrificación de pequeños comercios, hoy estas calles se han transformado, de alguna manera han sido desplazados”.
Por ello Canaco solicita a las autoridades hacendarias revisar el origen de las mercancías.
Por otro lado, revisar si los inmuebles se están utilizando de manera correcta; si se utiliza un inmueble diseñado para vivienda, “no podemos convertirlo en una bodega pues ahí corren riesgos quienes están habitando el lugar y su entorno”.
La protección civil que se exige al comercio local también debe aplicar para este otro tipo de comercio “y cumpla con todo lo que cumplimos todos”.
Indicó que puede haber edificios inclusive catalogados que tienen que conservarse porque así lo ordena la Ley para proteger su estructura, su diseño, su valor”.
Además es fundamental que los productos eléctricos y electrónicos que expende el comercio oriental , así como el calzado cumpla con las normas “que se nos exigen a todos”, apuntó.
Recordó que para que se pueda comercializar algo en nuestro país tiene que cumplir con la Norma Oficial Mexicana lo que es una garantía de que determinado producto no va a poner en riesgo la seguridad de las personas, porque puedan generar un cortocircuito que puede dañar sus instalaciones.
De igual forma estos productos no dañen el medio ambiente y por otro lado cuenten con una garantía que asegure su tiempo de vida y que esto se cumpla, todo ello evitará no solo dañar al comercio y la industria, sino al consumidor final.