Bogotá. A nombre del Estado colombiano, que radicó hace ocho años ante el Consejo de Seguridad de la ONU el acuerdo de paz suscrito con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el presidente Gustavo Petro solicitó hoy a este organismo una prórroga de siete años para lograr la cabal ejecución de lo pactado.
En un viaje relámpago a Nueva York, el jefe de Estado colombiano denunció ante el organismo internacional a los gobiernos de los presidentes Juan Manuel Santos (2014-2018) e Iván Duque ((2018-2022) por haber saboteado la ejecución del acuerdo, conseguido tras seis años de arduas negociaciones con la guerrilla en La Habana, Cuba.
Petro hizo un crudo repaso por la violencia que se ha enquistado en el país por siglos y recordó que sólo entre 1948 “cuando hubo una insurrección popular tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitan hasta nuestros días, la violencia ha dejado 700 mil muertos en los campos de batalla”.
Al subrayar que Colombia ostenta el título de “país más desigual del mundo”, Petro expresó que una de las manifestaciones más notables de ese fenómeno se da entre el centro y la periferia, donde territorios excluidos desde siempre no tienen ninguna oportunidad de desarrollo económico y social.
Aseguró que si estos territorios hubieran sido atendidos por el Estado tal como se pactó en La Habana, en la actualidad no existirían los factores generadores de violencia que aún persisten en diversas regiones del país, donde las economías ilícitas siguen campeando ante la impotencia del Estado.
En aras de impulsar los principales temas del acuerdo de 2016 (reforma agraria, sustitución de cultivos de coca, una justicia que ofrezca verdad y repare a las víctimas, así como garantías para preservar la vida de los ex combatientes), el jefe de Estado anunció que presentará ante el poder legislativo “una propuesta de fast track (vía rápida) para modificar las leyes tendientes a acelerar el cumplimiento del acuerdo de 2016”.
Petro insistió en que esta es una oportunidad para conseguir un consenso de toda la sociedad, incluida la oposición, y realizar las grandes reformas que necesita el país.
En medio de las celebraciones por el paso de la selección nacional de fútbol a la final de la Copa América, la intervención de Petro ante la ONU tuvo un importante impacto, pues -como lo anotó la mayoría de analistas- el presidente lanzó iniciativas concretas y viables para un consenso.
En especial, se destacó la propuesta de eliminar la actual fragmentación de la justicia, que actualmente investiga en tres jurisdicciones distintas a los responsables de los crímenes cometidos durante el conflicto, para dar paso a un único “tribunal de cierre” que ofrezca garantías de verdad y reparación a las víctimas.
Una vez terminada la intervención del presidente, de unos 40 minutos, habló a nombre de las extintas Farc Diego Tovar, firmante del acuerdo y en la actualidad dirigente político del partido Comunes.
Tras hacer un descarnado balance de cómo la violencia se ha ensañado contra los firmantes de la paz, con un saldo de 406 ex guerrilleros asesinados en ocho años, Tovar clamó por una mayor coordinación entre los organismos gubernamentales encargados de implementar la paz, subrayando que se trata de 53 entidades del Estado “la mayoría de las cuales presentan importantes rezagos”.