Bruselas. Microsoft cerró un acuerdo de 20 millones de euros (21.7 millones de dólares) para resolver una denuncia antimonopolio sobre sus prácticas de concesión de licencias de computación en la nube, evitando así una investigación antimonopolio de la Unión Europea (UE) y una posible multa cuantiosa.
La organización de servicios en la nube CISPE, entre cuyos miembros figuran Amazon y una veintena de pequeños proveedores de la UE, presentó una denuncia ante la Comisión Europea a fines de 2022 alegando que las condiciones contractuales impuestas por Microsoft el 1 de octubre perjudicaban al ecosistema europeo.
Microsoft se sitúa por detrás del líder del mercado, Amazon, en el multimillonario sector de la computación en la nube, pero por delante de Google, de Alphabet. El sector ha atraído el escrutinio antimonopolio a ambos lados del Atlántico.
“Después de trabajar con CISPE y sus miembros europeos durante más de un año, me complace que no sólo hayamos resuelto sus preocupaciones del pasado, sino que también hayamos trabajado juntos para definir un camino a seguir que aporte aún más competencia al mercado de la computación en la nube en Europa y más allá”, dijo Brad Smith, presidente de Microsoft.
CISPE indicó que Microsoft desarrollará un producto que permitirá a los miembros del grupo ejecutar software de la compañía en sus plataformas dentro la infraestructura en la nube Azure del gigante tecnológico estadunidense, con precios equivalentes a los de Microsoft. La firma tiene nueve meses para entregarlo.
Microsoft también compensará a los miembros de CISPE por la pérdida de ingresos relacionada con sus costos de licencias en los últimos dos años, dijo el grupo, que no reveló cifras financieras. La compañía ha ofrecido unos 20 millones de euros en total, según dijeron a Reuters dos personas con conocimiento directo del asunto.
El acuerdo no incluye a Amazon Web Services (AWS), Google Cloud Platform y AliCloud, lo que provocó las críticas de las dos primeras compañías.
Retirada de la junta directiva de OpenAI
Por otra parte, Microsoft renunció a su puesto de observador en la junta directiva de OpenAI, en un movimiento destinado a aliviar la preocupación de los reguladores antimonopolio de Estados Unidos y Reino Unido sobre el alcance de su control sobre la compañía de inteligencia artificial.
Microsoft asumió un puesto de observador sin derecho a voto en noviembre, después de que el presidente ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, retomó las riendas de la empresa.
El puesto significaba que Microsoft podía asistir a las reuniones de la junta de OpenAI y acceder a información confidencial, pero sin derecho a voto en asuntos como la elección de directores.
El puesto de observador y la inversión de más de 10 mil millones de dólares de Microsoft en OpenAI han provocado malestar entre los organismos antimonopolio de la UE, Reino Unido y Estados Unidos por el grado de control que ejerce sobre OpenAI.