Ginebra. Las tendencias demográficas están transformando los mercados laborales en el mundo y plantean crecientes retos para la asistencia sanitaria, los sistemas de pensiones y la dinámica de la población activa, afirmó hoy la OIT.
Una quinta parte de la población de los países de renta alta tiene más de 65 años de edad, frente a solo el tres por ciento en las naciones de renta baja, ejemplificó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en un texto elaborado por la economista Marie-Claire Sodergren.
El auge de la juventud en países pobres frente al envejecimiento en los industrializados, la rápida urbanización en algunas regiones, la migración internacional y la persistente desigualdad de género, constituyen rasgos esenciales del panorama actual.
De acuerdo con el análisis, los menores de 25 años de edad representan el 61 por ciento de los habitantes en los países de renta baja, frente al 27 por ciento en los Estados de renta alta.
Una población juvenil numerosa podría impulsar el crecimiento económico, lo cual requiere importantes programas de creación de empleo, educación y formación para evitar altos niveles de marginados del estudio y el trabajo, los llamados NEET (“Not in Education, Employment or Training”).
Sin embargo, más de una cuarta parte de los jóvenes de entre 15 y 24 años son NEET en los países de renta baja, lamentó la experta.
La urbanización es otra tendencia demográfica importante, con más personas que nunca viviendo en ciudades, lo cual influye en los patrones de la ocupación, especialmente en el auge de los servicios y las industrias en las zonas urbanas frente a las economías basadas en la agricultura rural, reseñó.
Aunque la población migra cada vez más a las áreas urbanas y abandona la agricultura, la informalidad sigue siendo un problema acuciante tanto en África como en Asia y el Pacífico, expuso la especialista.
Las tendencias migratorias mundiales, el contraste de oportunidades económicas, el cambio climático y los factores humanitarios, consideró, influyen de manera significativa en la dinámica de la población y en los mercados laborales a escala global.
En 45 de 148 países analizados, al menos el 10 por ciento de la población activa está compuesta por personas nacidas en el exterior o por ciudadanos extranjeros, atraídos por las promesas de mejores oportunidades de empleo, seguridad y niveles de vida, reveló la fuente.
Por los datos de la OIT, los países de renta alta acogen a más de dos tercios de los 169 millones de trabajadores migrantes internacionales, atraídos por las promesas de mejores oportunidades de empleo, seguridad y niveles de vida.
No obstante, las disparidades en la seguridad laboral, la protección social y el acceso a la atención sanitaria demuestran la urgente necesidad de políticas integradoras y de cooperación internacional para salvaguardar sus derechos y bienestar, expuso Sodergren.