Moscú. “En calidad de su amigo siempre le he dicho que el futuro brillante de nuestras generaciones del mañana requiere sin falta la paz. Por eso consideramos que la guerra no es la solución. No puede haber solución a través de la guerra. Las bombas, misiles y fusiles no pueden garantizar la paz, por eso siempre hemos puesto el acento en el diálogo, y el diálogo es indispensable”, afirmó este martes el primer ministro de India, Narendra Modi, ante su anfitrión, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en sus breves palabras introductorias de las conversaciones oficiales en el Kremlin, el último día de su estancia en Moscú.
Putin, por su parte, había destacado que “ayer (lunes) tuvimos la oportunidad de hablar prácticamente de todos los temas en un ambiente distendido. Le agradezco la atención que presta a los problemas más agudos, incluido el intento de encontrar algunas vías para resolver también la crisis ucrania, por supuesto, en primer lugar, de forma pacífica”.
El premier indio agradeció la franqueza con que el mandatario ruso expuso sus argumentos en la cena privada del lunes por la noche y celebró que “concluimos que hay que establecer la paz lo antes posible, y nosotros estamos dispuestos a contribuir en esta tarea”. También dijo que cuando escuchaba los “enfoques y reflexiones positivas” de Putin se sintió “optimista, aparecieron esperanzas de cara al futuro”.
El titular del Kremlin no hizo ninguna referencia a la tragedia causada por el misil que destruyó el lunes uno de los edificios de la clínica pediátrica más importante de Ucrania en Kiev –su vocero, Dimitri Peskov, se limitó este martes a repetir la versión rusa de culpar al ejército ucranio–, pero el primer ministro Indio no pudo evitarlo: “Excelencia, tomemos una guerra, cualquier conflicto o atentado terrorista: cualquier persona que cree en la humanidad siente dolor cuando muere gente y, en especial, cuando mueren niños que no tienen ninguna culpa. Cuando sentimos ese dolor, revienta nuestro corazón, y anoche tuve la oportunidad de hablar con usted sobre esto”, señaló.
En alusión a las críticas que recibe Nueva Delhi por ayudar a Moscú a eludir las sanciones de Estados Unidos y sus aliados al multiplicar por 20 el volumen de petróleo ruso que compró el año anterior, Modi destacó que “todo el mundo debe reconocer que gracias a la cooperación entre India y Rusia en materia energética aseguramos la estabilidad del mercado global”.
Nada trascendió de lo que hayan podido acordar los gobernantes al reunirse a puerta cerrada con sus comitivas y, ante el riesgo de las sanciones secundarias que puede imponer Estados Unidos a empresas y bancos que colaboren con Rusia, Putin y Modi no quisieron concluir la visita con la tradicional rueda de prensa.
El hermetismo, para evitar eventuales contramedidas aun antes de instrumentar las posibles soluciones, llegó incluso a suprimir las habituales filtraciones acerca de qué variantes o proyectos plantearon unos y otros para resolver el problema más delicado de su relación bilateral: el mecanismo de pagos de una balanza comercial, por un lado, en aumento y, por el otro, en completo desequilibrio.
Antes del conflicto armado en Ucrania, según cifras oficiales, el comercio bilateral rondaba los 10 mil millones de dólares y el año pasado llegó a 65 mil millones, de los cuales 54 mil millones corresponden a importaciones indias de crudo ruso, mientras las exportaciones de Nueva Delhi a Moscú apenas llegan a 4 mil millones de dólares, incrementándose en sólo mil millones desde febrero de 2022.
Y el mayor dolor de cabeza, de acuerdo con Mijail Krutijin y otros analistas, no es que India adquiere el crudo ruso con un gran descuento, significativamente más bajo que el petróleo Brent de referencia mundial, lo que le permite abastecer su mercado interno y reexportar una parte considerable, sino que algunos contratos se acordaron en rupias, que no es moneda convertible. Además, al no poder usar el sistema SWIFT, es muy complicado sacar el dinero de India y Rusia no necesita comprar artículos indios por la suma acumulada en cuentas bancarias en 2023, cerca de 25 mil millones de dólares, teniendo que invertir esas rupias en papeles gubernamentales, acciones de empresas e infraestructuras indias.
Lo único que filtró la comitiva de Modi, a través de canal de televisión indio NDTV, es que Putin prometió en la cena privada satisfacer la petición de su invitado y Rusia va a retirar a todos los ciudadanos indios que, supuestamente a cambio de una oferta de trabajo falsa, se alistaron en el ejército ruso para participar en la operación en Ucrania y los va a regresar a India. Las autoridades indias informaron, en mayo anterior, de la detención de cuatro individuos que formaban parte de una red de trata de personas, mediante la cual al menos 35 ciudadanos indios, ya identificados, acabaron en los campos de batalla en Ucrania.
El jefe del Estado ruso se esforzó por agasajar a su huésped durante su estancia en la capital de Rusia con gestos poco usuales: además de la cena privada en su residencia oficial, le mostró su caballeriza, le ofreció ahí un espectáculo ecuestre con bellas amazonas (el propio Kremlin difundió los fragmentos de video), lo acompañó a visitar el pabellón Átomo que mantiene el consorcio público de la energía atómica, Rosatom, en la VDNJ (antigua exhibición de logros de la economía soviética, ahora centro de exposiciones de Rusia y parque de atracciones) y le impuso la orden de San Andrés, la principal condecoración desde los tiempos del imperio ruso.