Buenos Aires. Los jugosos "bifes" de carne vacuna son un lujo cada vez más privativo para la mayoría de los argentinos que han restringido de su dieta este alimento hasta hacer caer su consumo al mínimo en un siglo, reveló un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
De proseguir la tendencia, el consumo por habitante en 2024 cerrará en torno a los 44.8 kilos por habitante, el menor indicador desde 1920, reportó el estudio.
En Argentina, orgulloso de la calidad de su carne vacuna, el consumo promedio histórico de este alimento es de 72.9 kilos por año por habitante.
La merma es el resultado del golpe al bolsillo de la inflación, que fue del 280 por ciento interanual a mayo último, y de la recesión económica con derrumbe generalizado de todas las actividades, según índices oficiales.
Más de la mitad de la población argentina de 45 millones de habitantes es pobre, según las estadísticas.
En la ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, la tasa de indigencia -aquellos que no pueden comprar la canasta básica de alimentos- se duplicó de 8 a 16 por ciento en el primer trimestre de este año respecto a igual período del año pasado.
La consecuencia es la migración de los consumidores hacia otros tipos de alimentos que aportan proteínas y son más económicos, como la carne de ave y de cerdo, según el informe.
Así y todo, también se ha registrado una caída de todas las carnes en conjunto.
"El consumo total de carnes bovina, aviar y porcina en Argentina podría ubicarse en el año 2024 en torno a los 105.7 kg por habitante, lo que representa que cada habitante consumiría en 2024 siete kilos menos de carnes en comparación al promedio de los últimos diez años, que es de 112.8 kg", indicó el informe.
En el caso de la carne vacuna, la merma del consumo en Argentina es una tendencia que se viene observando desde hace más de una década, aunque nunca con números tan elocuentes como en el presente.
Ello también ha tenido impacto en las exportaciones.
"El 69 por ciento de la producción de carne vacuna entre enero y mayo de este año se destinó al mercado interno, frente al 75 por ciento del año pasado y lejos del 85 por ciento promedio de lo que va del siglo", reportó el informe.
En contrapartida ha aumentado el volumen exportado, aunque el impacto en ingresos no fue tan lucrativo por la caída de los precios internacionales.
Así "entre enero y mayo (de 2024) la exportación de res con hueso alcanzó 385 mil toneladas, un 10 por ciento más que en 2023. Sin embargo, medido en valor, la exportación solo creció 1 por ciento, ya que los precios promedio de exportación cayeron 8 por ciento respecto a los primeros cinco meses del año pasado", detalló la Bolsa.