Ciudad de México. Tras dos semanas de cierre de la avenida México-Coyoacán, luego de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cortó la luz a la sede del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), edificio que fue renombrado como Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas Samir Flores Soberanes, la comunidad Otomí residente en la Ciudad de México, anunció esta noche que abrirá la vialidad, no obstante que no fue restablecido el servicio eléctrico.

El corte de luz se debe a que existe un adeudo que supera el millón de pesos, de acuerdo a cuentas que han llegado al domicilio. El servicio no ha sido pagado desde octubre de 2020, cuando la comunidad Otomí tomó el edificio en demanda de la construcción de vivienda social digna en diversos predios de la capital

En conferencia de prensa, integrantes de la toma del edificio, precisaron también que dan por concluidas las mesas de diálogo con el gobierno de la Ciudad de México y aseguraron que “nos mantendremos por tiempo indefinido” en el inmueble.

Hace algunas semanas las autoridades propusieron como fecha de desocupación del INPI, el 15 de agosto próximo, una vez que los compromisos establecidos se cumplan.

Previo a la reapertura de la avenida situada al sur de la Ciudad de México, hicieron una “quemazón” de documentos del INPI y realizaron un mitin junto al fuego. Se prevé que en breve se termine el plantón con el que se cerró la calle, pero la toma del edificio continuará.

Al grito de “¡Otomí, ya chinganos el INPI, y de aquí no nos vamos a salir!”, “Vivienda sí, desalojo no” y “Vivienda pagada, no regalada”, prendieron una gran hoguera en medio de la calzada, que en minutos redujo a cenizas los papeles, que sacaron en diversas cajas, previamente.

Anunciaron también que el 1 de octubre, cuando inicien las nuevas administraciones en la Ciudad de México y a nivel federal “estaremos haciendo un llamado público a Clara Brugada, nueva jefa de gobierno de la Ciudad de México y a Claudia Sheinbaum, presidenta de la República para que sean ellas quienes asuman la responsabilidad de escuchar y atender las demandas de la comunidad indígena Otomí”.

La comunidad lamentó que no haya aún visos de que se cumplan las peticiones hechas desde que tomaron el edificio y señalaron cada vez queda menos tiempo, pues solo restan 95 días (ayer) de las administraciones de la Ciudad de México y federal, y no se resuelven sus exigencias.

El corte del suministro eléctrico, también dejó sin agua el edificio, “y sin posibilidades de vaciar las aguas negras al drenaje profundo, generando con ello un problema de salud pública.”

Añadieron que “sumada a esta grave situación, han transcurrido tres años y casi nueve meses de que esta comunidad Otomí tomó las oficinas de lo que fue el INPI, sin que hasta la fecha, exista el menor indicio de solución a las demandas. Peor aún, esta situación se ha agravado.”

Horas antes, crtiticaron que tras la cancelación de la reunión del 1 de julio con autoridades capitalinas, no se haya reagendado la cita e insistieron en que temen un “desalojo violento” de las instalaciones.

En las últimas semanas el gobierno de la Ciudad de México les propuso dos reuniones para tratar las demandas, y solo se realizó la del 17 de junio, en la que no hubo avances.