Ciudad de México. Hace casi una década, el gobierno de México comenzó a impulsar los estudios en energías renovables. El Centro de Investigación en Energías Renovables del Océano fue conformado por un grupo muy grande de académicos de todo el país para atender las fuentes de energía que hay en los mares, recordó Cecilia Enríquez, profesora de oceanografía y procesos costeros de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida de la UNAM.
La especialista explicó que hay energía en las olas y las corrientes marinas, como podemos ver y sentir cuando vamos a las costas. Pero hay otras fuentes que no son tan visibles, como los gradientes de temperatura que tienen gran cantidad que, con la tecnología adecuada, puede ser aprovechada para convertirla en electricidad, y también los gradientes de salinidad
, precisó.
Refirió la especialista que el oleaje es predecible, pues fluye hacia las costas, donde puede ser captada y transformada con convertidores en energía útil. La de corrientes marinas (importantes en las zonas del golfo de California, las costas de Quintana Roo y la corriente de Cozumel y el mar Caribe) aprovecha la velocidad del flujo del agua para generar electricidad con una turbina.
Subrayó que para explotar cualquier recurso del planeta, primero hay que estudiarlo de forma precisa para saber cuánto existe y cómo varía. Sabemos que el sol sale todos los días y que a lo largo del día podemos tener, con la tecnología adecuada, energía solar. Pero cada que pasa una nube el panel deja de generar, y hay semanas o meses en los que hay menos energía. Contabilizar esas variaciones es fundamental para las renovables
, señaló.