Ciudad de México. “Nos jugamos la vida”. Más que una declaración, el técnico de la selección mexicana, Jaime Lozano, enmarca en aquella sentencia lo que está en juego ante Ecuador en su tercer y último partido de la primera ronda de la Copa América. Sólo ganar en la calurosa Universidad de Phoenix (donde el servicio meteorológico local prevé temperaturas de 43 grados el domingo), le garantizará seguir con vida en un torneo al que sólo dos veces llegó a la final, una de ellas en 1993.
“Mañana (hoy) nos vamos a jugar la vida”, asume el director técnico Jaime Lozano en conferencia de prensa. “Ecuador es un rival fuerte. Tuvo un accidente contra Venezuela, pero con Jamaica volvió a hacer lo que sabe. En cuanto a mi continuidad, son decisiones que no me corresponden. Depende mucho de los resultados. Yo tengo que tratar de sacar el mejor rendimiento de los jugadores, hay decisiones que no me tocan a mí”.
En el cierre de la fecha anterior, Venezuela se quedó con el pase a la instancia de los ocho mejores al ganar sus dos partidos (2-1 sobre Ecuador y 1-0 ante México). Con Jamaica ya eliminada y sin puntos, la Tricolor, comandada por el español Félix Sánchez, llega con la confianza que otorgan los resultados. En las eliminatorias mundialistas rumbo a 2026, ocupa el quinto lugar a sólo cuatro puntos del sub líder, Uruguay (13), aunque mucho más lejos de la líder Albiceleste (15).
“Hay que saber jugar con esa presión”, agrega el zaguero Johan Vásquez. “A veces debemos escuchar cosas negativas para impulsarnos. Sabemos que la afición va a responder por nosotros, hay una conexión con ellos y nos vamos a jugar la vida”.
Además de las lesiones del portero Luis Malagón y del volante Edson Álvarez, quienes quedaron fuera del torneo, el Tricolor deberá resolver los problemas musculares que ha presentado el zaguero César Montes, en duda para este duelo.