Ciudad de México. Cajas y cajas polvosas con objetos acumulados durante 20 años, desde que nació el programa de televisión chileno 31 Minutos, se transformaron en el universo expandido de MUSEO 31, la exposición que está causando revuelo en la Ciudad de México y que describe la trayectoria de estos personajes del noticiario más veraz, con personajes entrañables, donde la clave es el humor porque el epicentro de todo es reír, sin gravedad, sin discurso, sin arriba de nadie. Este es humor de lo cotidiano
.
Un descubrimiento clave, contó el museógrafo José Délano en el Museo Franz Mayer, fue que cualquier objeto en casa, si le pones ojos o boca, se convierte en títeres con alma propia que podían contar una historia de manera original y divertida.
Trapos sucios, retazos de tela y botones se convirtieron en los protagonistas, primero algo feos pero que ahora son obras de arte, que después de cuatro temporadas y 68 programas son las estrellas que provocan largas filas y una desmesurada compra de boletos para conocerlos en persona y saber más de su historia de éxito.
Títeres originales, un enorme muestrario de personajes, sets de grabación, guiones, una zona de mediación con dibujos que tienen mensajes de la audiencia chilena, grabaciones, música e información de detrás de las cámaras crean una atmósfera de buen humor y mucha creatividad, que convoca a chicos, grandes y muy grandes.
En el mundo de hoy, tan complejo, lleno de desastres ecológicos y desastres políticos por todas partes, repleto de pantallas en las que el algoritmo dicta lo que cada persona piensa, donde nos están invitando a sumergirnos a metaversos para soñar con otros mundos, donde la inteligencia artificial va a defender el futuro, este proyecto invita a volver a lo básico, a lo manual, a soñar, a reír, a compartir, a lo humano y lo colectivo
, fueron las palabras de Délano antes de abrir la muestra, en una conferencia de prensa junto con Giovana Jaspersen, directora del Museo Franz Mayer.
Foto cortesía del museo
Uno de los seres de trapo es Tulio Treviño, el ególatra conductor estrella que siempre está acompañado por la joven Patana. En breves segmentos se dan los pormenores de la realidad social; por ejemplo, el reportero Juan Carlos Bodoque, un conejo rojo ludópata y mujeriego, presenta la nota verde. Mico, el micófono, se lanza a las calles a hacer encuestas, el superhéroe Calcetín con Rombos Man enseña sobre los derechos de los niños y al final no falta el top top top
con las mejores canciones presentadas por Policarpo Avendaño, porque la música es un bálsamo que aglutina la historia
, pero tenían que ser canciones cools, con funk, pop, hip hop o rock.
A través del humor de lo cotidiano, de personajes muy humanos y de lo precario, “se permite tocar los temas más profundos de la humanidad, la lealtad, el compañerismo, la igualdad, la inexistencia de la discriminación, la conciencia ecológica, la resiliencia o la amistad de estos personajes de lo más diversos, pero que a la vez se mantienen unidos. El noticiario fue perfecto porque permite formatos cortos y muy variados que pueden hablar de todo tipo de cosas y con gran libertad.
Sin traicionar lo humano
, estos personajes son farsantes, embusteros, mentirosos, ladrones, pero también honestos, amables, vulnerables, naifs, de todo tipo. Se equivocan y se contradicen.”
Tulio Treviño, agigantado y algo hueco en su interior, en forma de un inflable gigante, recibe al numeroso y constante grupo de visitantes que hacen fila frente a la fachada del museo, en la plaza de la Santa Veracruz, frente a la Alameda. El presentador de noticias permitió acceder a su colección especial de arte con obras muy singulares, como la penúltima cena, esculturas, cuadros antiguos y muchas obras gemelas de las que se resguardan en los mejores museos de Europa.
Los prevenidos y suertudos ya visitan el MUSEO 31, ya que la preventa de boletos en línea comenzó desde hace una semana ante el anuncio de la exposición que a principio de año tuvo gran éxito en el Centro Cultural La Moneda en Santiago de Chile. En este momento hay boletos disponibles (con un precio de 180 pesos) para la visita hasta agosto, la primera mitad de las fechas está agotada, pues los muñecos de 31 Minutos se van el 29 de septiembre.
José Délano, quien se metió a las bodegas que guardaban las cajas polvosas para hacer la museografía, contó que la exposición surgió con la excusa de que se cumplieron 20 años de la existencia del programa de televisión que empezó transmisiones en 2003 y que alcanzó cuatro temporadas. El universo se expandió a cinco discos musicales, nueve espectáculos teatrales, juegos, una película y otra en puerta que se reveló a los ansiosos seguidores.