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El fin de la asignatura de historia para primaria

24 de junio de 2024 00:04

La extinción de la asignatura de historia para quinto y sexto año de primaria es un ejemplo de la transformación de los contenidos fijos que derivaron de la Nueva Escuela Mexicana, el paso a campos formativos dictaminó que los docentes tuvieran la autonomía de codiseñar los programas que se impartirán en el aula por medio de un análisis de la realidad; sustituyendo asignaturas como historia, geografía, biología, etcétera.

La asignatura de historia derivada del Programa para la Modernización Educativa (PME), reforma educativa de Carlos Salinas de Gortari, en 1992, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 19 de mayo, a cargo del secretario de Educación Manuel Bartlett (1989) quien fue designado para generar un diagnóstico de la realidad educativa y que fue sustituido por Ernesto Zedillo (1992) quien finalizó la descentralización educativa que conllevó a un estallido social magisterial.

El PME planteaba la urgencia de modernizar la malla curricular, poniendo énfasis en el establecimiento de políticas de calidad educativa, acentuaba el triunfo del capitalismo como supuesta única vía de desarrollo, proponiendo una enseñanza de la historia basada en la memoria de nociones históricas. Es por ello que se desintegraron las asignaturas de ciencias sociales y ciencias naturales, creadas en la reforma de 1972 en diciplinas separadas, haciendo énfasis en el poco conocimiento de la historia de México en los programas de estudio:

“Se ha estimado conveniente subsanar el insuficiente conocimiento de historia nacional de los alumnos, impartiendo durante el próximo año lectivo cursos de historia de México para los grados cuarto, quinto y sexto. Por tanto, se ha considerado indispensable preparar y distribuir, ya para el año 1992-93, dos nuevos libros de historia de México, uno para cuarto grado y otro para los grados quinto y sexto, en virtud de que los libros de texto de ciencias sociales hasta ahora vigentes son inadecuados para el logro de los propósitos que se procuran”.

Dichos libros fueron encargados a Héctor Aguilar Camín y Enrique Flores Mayet quienes produjeron dos nuevos libros de historia de México. La materia de historia de México se utilizó como un elemento para reforzar el nacionalismo y patriotismo, incluso a partir del año de 1992, el estudio de la historia nacional se presentó tan prioritaria que se declaró al ciclo escolar 1992-1993 el Año para el Estudio de la Historia de México.

Esta visión de la enseñanza de la historia en la primaria siguió en los siguientes sexenios del tecnócrata Ernesto Zedillo y el empresario Vicente Fox, ya que no existieron grandes cambios, la malla curricular seguiría la lógica neoliberal comenzada con la reforma salinista.

Será con la llegada de Felipe Calderón que se estableció la lógica de la reforma permanente (citará Sebastián Pla) instaurada a partir de la reforma integral a la educación básica (RIEB, 2011), la cual buscaba promover un modelo por competencias, estándares curriculares y aprendizajes esperados. Para el caso de la enseñanza de la historia se determinó la propuesta de pensamiento histórico; sin embargo, nunca hubo un ejercicio por cambiar las formas para la asignatura, ya que se siguió la lógica de pensamiento historiográfico. Dando como resultado la creación de nuevas generaciones de libros sin cambios sustanciales en los contenidos ya que seguían la tradición memorística.

Dicha tradición seguiría con las generaciones de libros de texto 2011, 2014, 2018 y 2019, los contenidos históricos tendrían una variación poco significativa (muchas veces los cambios respondían a la ideología del gobierno en turno), promoviendo una enseñanza histórica memorística y lineal, con hechos históricos asilados a la realidad social de los alumnos. Suprimiendo acontecimientos sangrientos como las matanzas mayas y yaquis.

La asignatura de historia duró casi 30 años en las primarias de todo el territorio mexicano, dejando a su paso una deuda en la conciencia histórica de la cultura escolar mexicana; se ejerció el poder de recordar y olvidar a conveniencia; se dejó de lado la importancia de promover nuevas comprensiones de los hechos sociales y la transformación colectiva por la formación estatuas de bronce.

*Maestro

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