Bruselas. El Tribunal de Cuentas Europeo aseguró el lunes que la Unión Europea no se encuentra preparada para hacer frente a una futura crisis del gas, a pesar de haber aprobado una serie de medidas que buscan frenar su dependencia energética de Rusia.
El suministro energético de Europa se vio alterado en 2022 cuando Rusia, principal proveedor de gas, invadió Ucrania y redujo drásticamente las entregas de combustible, lo que llevó a la UE a introducir políticas de emergencia para llenar los depósitos de gas, reducir su consumo y comprar gas conjuntamente.
El TCE señaló en un informe que Europa logró evadir una grave escasez de gas durante la crisis, pero no está claro en qué medida puede atribuirse a las políticas de la UE frente a otros factores, como el buen tiempo invernal y los elevados precios, que hicieron que las industrias utilizaran menos gas.
La coordinación entre Bruselas y los países de la UE contribuyó a forjar nuevas rutas de suministro de gas para evitar la escasez; por otro lado, la obligación de la UE de que los países llenen el 90% de sus depósitos de gas antes del invierno boreal creó certidumbre en el mercado.
Sin embargo, los auditores afirmaron que estas medidas no abordaron suficientemente el problema de la asequibilidad del gas, cuyo precio se disparó hasta superar los 300 euros (322 dólares) por megavatio hora en agosto de 2022, frente a los 50 euros por MWh del año anterior.
"La Comisión ya sabía en 2014 que un corte del suministro de gas ruso tendría un enorme impacto en los precios, pero nunca modelizó sus efectos sobre los consumidores o la industria", dijo João Leão, quien dirigió la auditoría.
Los auditores señalaron otras lagunas en los preparativos europeos para las crisis de suministro, como que seis países de la UE se han reservado la opción de cortar el suministro de gas a sus vecinos en caso de emergencia.
No se pronunciaron sobre cómo afectaría a la seguridad energética europea la expiración del acuerdo sobre el tránsito de gas ruso a Europa a través de Ucrania este año. Pero señalaron que la dependencia global de la UE respecto a Rusia se ha reducido del 45% del suministro total de gas en 2021 a alrededor del 15% el año pasado.
Se espera que la demanda europea de gas disminuya a medida que los países reduzcan el consumo de combustibles fósiles para cumplir los objetivos climáticos. Según los auditores, la UE va muy retrasada en sus planes de construcción de infraestructuras de captura de carbono para captar las emisiones de la combustión continuada de gas.