Buenos Aires. El producto interno bruto (PIB) de Argentina cayó 5.1 por ciento interanual en el primer trimestre de 2024, frente a una caída de 1.2 por ciento del cuarto trimestre de 2023, dijo el lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El instituto de estadísticas Indec señaló además que el PIB tuvo un retroceso 2.6 por ciento en el primer trimestre completo de gobierno del ultraliberal Javier Milei comparado con el último cuarto del año pasado.
El sector de la construcción, con un descenso de 19.7 por ciento, fue el más afectado en la comparación interanual, seguido por la industria manufacturera con una contracción de 13.7 por ciento y las actividades de intermediación financiera con una disminución de 13 por ciento.
El único aumento registrado fue en las exportaciones, que marcaron 26.1 por ciento de incremento interanual y 11.1 por ciento respecto del trimestre anterior.
Los datos están en consonancia con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre Argentina. El organismo anticipó que en 2024 tendrá 3.5 por ciento de caída del PIB y una inflación anual promedio de 233 por ciento (el dato oficial roza 280 por ciento en 12 meses).
La tasa de desempleo fue de 7.7 por ciento en el primer trimestre de 2024, frente a 5.7 por ciento registrado en el trimestre previo y de 6.9 por ciento anotado en el mismo periodo del año anterior.
La tasa de actividad, que mide la población económicamente activa sobre el total de los habitantes, alcanzó a 48 por ciento en el periodo enero/marzo pasado, y la tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas en relación con la población total, se ubicó en 44.3 por ciento en el mismo periodo, dijo el informe.
“Sabemos que de corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo”, prometió Milei en su discurso de asunción.
El economista aplicó desde que asumió en diciembre un ajuste sobre el gasto del Estado, que recortó fuertemente la obra pública, redujo y eliminó organismos estatales, suspendió financiamiento a las provincias, despidió a miles de empleados públicos, desreguló precios y eliminó subsidios, en un país con la mitad de la población en la pobreza.
En este contexto, la estrepitosa caída del consumo -debida a la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos- colaboró con el desplome de la actividad económica y la desaceleración del aumento de los precios de los últimos meses.