Tijuana, BC. La depresión y la ansiedad son los dos problemas de salud mental más frecuentes en los universitarios. Un estudio realizado entre alumnos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) reveló que el 75 por ciento de ellos sufre alguna de estas patologías.

Pero no sólo en las instituciones públicas están prendidos los focos rojos de los problemas de salud mental. En el CETYS Universidad, la institución privada más grande del estado, la alerta sonó después de la pandemia; muchos jóvenes acuden a la enfermería porque están “en una crisis de ansiedad”, informó Jessica Ibarra, vicerrectora de Desarrollo y Experiencia Estudiantil.

La UABC realizó una encuesta entre 18 mil 300 alumnos, el 38 por ciento de ellos mostraron rasgos de depresión en los rangos medio y alto; mientras el 37 por ciento reveló indicadores altos de ansiedad. Es decir, de la muestra diseñada por la institución, 13 mil 761 mostraron tener algún problema de salud mental y sólo 4 mil 539 estudiantes no reportaron algún problema.

El rector de la UABC, Luis Enrique Palafox Maestre, hizo públicos los resultados del estudio y tomó protesta a una nueva estructura en la universidad; los Comités de Salud Mental, que dará seguimiento a cada alumno que ingresa a la institución; hará campañas de sensibilización para que los jóvenes acepten ayuda y tendrá a disposición de la comunidad grupos de apoyo para la prevención y el manejo de crisis, con la contratación de psicólogos y psiquiatras.

Tres semanas atrás, un joven intentó suicidarse en el campus Tijuana de la UABC. Subió hasta el piso más alto de uno de los edificios y parecía dispuesto a lanzarse. Se movilizaron los bomberos y sus compañeros. Un tragafuego lo alcanzó a abrazar en el último minuto. Los Comités de salud mental de la UABC pretenden estar capacitados para enfrentar estas situaciones.

Desde el año pasado identificaron que uno de los principales problemas de la comunidad era la salud mental, y es un problema no sólo nacional, sino mundial; los altos indices de ansiedad tienen en jaque a varios sectores de la sociedad.

“Cuando regresamos de la pandemia, los módulos médicos de los distintos campus empezaron a reportar que no necesitaban enfermeras, sino que contratáramos psicólogos porque los estudiantes ya no iban a la enfermería por una aspirina, o un golpe, sino por ataques de ansiedad, ¡pero un número significativo!... nos sonaron las alarmas porque otros querían ayuda y mostraban rasgos de suicidio”, relató la vicerrectora del CETYS, la universidad privada más importante del noroeste del país.

“Esto se agudizó en pandemia por el encierro, los duelos... el CETYS diseño un programa de salud mental porque empezamos a trabajar en el tema preventivo, talleres, muchas platicas, cada mes empezamos a hacer conferencias sobre prevención del suicidio, ansiedad, los mensajes en redes ... estamos buscando aliados externos para brindar ayuda telefónica 24/7 a los miembros de la comunidad universitaria”.

“A veces hay que involucrar a la familia porque es un factor en estas patologías, y también estamos haciendo una labor con los trabajares porque hemos detectado que los problemas de salud mental no son privativos de los jóvenes. La universidad instaló Centros de Orientación Psicolgógica en los campus de Tijuana y Mexicali, los más grandes. No es una moda, tenemos que hacer que que los padres colaboren, acepten que sus hijos viven en un contexto de mucho más estrés que el suyo, de mucha ansiedad. No necesitamos un psicólogo porque estemos locos, ese es un prejuicio que debemos quitarnos. Los jóvenes se tienen que dejar ayudar, hay que promover esa cultura”, terminó.