Wuxi. China concedió la aprobación a un primer grupo de nueve fabricantes de automóviles y autobuses, conformado por las empresas BYD, Nio, BAIC BluePark, SAIC Hongyan, China FAW Group y Yutong Bus, así como las estatales Changan Automobile, GAC y SAIC, para realizar pruebas en vehículos con tecnologías avanzadas de conducción autónoma, lo que permitiría acelerar los procesos para introducir este tipo de manejo en la vida cotidiana.
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información indicó a inicios de este mes que la pruebas serían de nivel 3, conocido como automatización condicionada, en la que el vehículo decide cuándo cambiar de carril, regula velocidades y frena para evitar coaliciones, mientras el conductor realiza otras tareas, aunque el factor humano aún sería clave ante cualquier eventualidad.
Las pruebas se desarrollarán en siete ciudades del país, incluidas Beijing, Shanghái y Guangzhou, según el ministerio.
La ciudad de Wuxi, en la sureña provincia de Jiangsu, que no figura en la lista, es ejemplo del avance tecnológico en la conducción autónoma al ser pionera en China, junto con la empresa automotriz WeRide, en el monitoreo de rutas inteligentes, la fabricación de naves sin piloto, la creación de Internet de los vehículos (para la conectividad con los autos), la elaboración de redes de transporte público y la regulación de leyes para este tipo conducciones.
Sobre la ciudad, ya hay al menos 5 mil vehículos autónomos en funcionamiento, muchos son utilizados para entregas u otros servicios y aunque actualmente hay unas 50 naves de WeRide dedicadas al transporte público, los llamados robotaxis están en fase de prueba, y los robobuses ya operan de manera oficial, explicó a La Jornada Caí Yu, subdirector de la Oficina de la Economía de Altitud Baja de la Agencia Municipal de Transporte de Wuxi.
Aquí se encuentra el Centro de Servicio Operativo de Conducción Inteligente, compuesto por una plataforma de regulación de vehículos conectados a su red, un mando de control remoto que supervisa el manejo de las naves y el sistema de una sola parada para los usuarios del transporte público.
La red de monitoreo funciona con las cámaras y los sensores que están montados en los semáforos de las calles, y cuya conectividad se da con tecnologías especiales, como el Internet de los vehículos y la red 5.5G. La conexión de todo este sistema termina en la configuración de los automóviles, debido a que las rutas, ya sean personalizadas o prestablecidas, se guían a través de esta gran red.
Los usuarios indican a los robotaxis desde las aplicaciones de sus celulares su ruta o esperan a los robobuses en las estaciones de una sola parada, mientras el centro de conducción monitorea las señalizaciones y el tráfico para evitar aglomeraciones viales o accidentes entre los automóviles.
El minbus, probado por La Jornada, está equipado con botones de parada de emergencia, un extintor y martillos para romper las ventanas en caso de un accidente, debido a que no está segregado del tránsito no autónomo.
En su interior no hay volante ni un conductor, y sólo hay un empleado de WeRide con una tableta sentado en la parte trasera, tratando de pasar inadvertido entre los pasajeros, para tomar el control de ser necesario.
Sus sensores tienen una capacidad de detección de 360 grados sin puntos ciegos y tienen un alcance de detección de obstáculos de 200 metros. Con una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora, puede circular en carreteras abiertas durante 24 horas ininterrumpidas bajo todo tipo de condiciones climáticas, además de reportar terrenos complicados de conducir o hasta accidentes viales.
La presencia del trabajador se debe a que Wuxi ha formado un sistema relativamente completo de leyes, regulaciones, garantías políticas y operaciones comerciales, respaldado por la legislación local sobre Internet de los vehículos y conducción autónoma, precisó Caí.
Se espera que el empleado sea reasignado a otras labores y retirado del autobús una vez que WeRide pueda demostrar que la conducción autónoma de nivel 4 está fuera de toda duda.
Los estándares de la industria definen seis niveles de automatización de conducción, desde cero, sin automatización, y hasta 5, con automatización total. Acorde a la tecnología, la asistencia se aplica al piloto o al piloto automático.
Actualmente, un sector de los vehículos vendidos en China ofrece funciones de asistencia al conductor del nivel cero al 2, que es de automatización parcial. Aquellos con funciones tecnológicas avanzadas van del 3, con automatización condicionada, al 4, de alta automatización, que están en pruebas piloto en otras ciudades de China y del mundo.
Esta es la culminación de los esfuerzos que comenzaron en 2009, cuando Wuxi obtuvo el visto bueno para construir una zona de demostración de innovación de red nacional de sensores
, junto con la primera zona piloto del Internet de vehículos a nivel nacional, lo que destaca su labor en el área del Internet de las Cosas.
El permiso concedido por el Ministerio de Industria y Tecnología a las nueve empresas de autos para realizar pruebas de conducción autónoma, refleja las intenciones de desarrollo a nivel nacional para el avance de este tipo de tecnologías, y así comenzar con una producción en masa de estos vehículos.