En la entrevista del juez Napolitano al coronel retirado Douglas MacGregor (DMG), de 77 años –asesor del Pentágono durante la administración Trump–, el hoy comentarista de asuntos militares expuso la viabilidad de un ataque de Israel a Hezbolá y en el minuto 19:03 sentenció en forma ominosa “no excluir la posibilidad de que Israel usaría armas nucleares tácticas (¡mega-sic!) contra Hezbolá (https://bit.ly/3KUPc33)”.
Tal parece que le van a cumplir sus deseos nucleares tanto a varios políticos (https://bit.ly/46Uy4ne; y https://bit.ly/3ugl8tu) y rabinos israelíes (https://bit.ly/4cDOowf) como al pugnaz senador republicano Lindsey Graham (https://bit.ly/4atHM15), quien sugirió que Israel use sus armas nucleares al estilo de Hiroshima y Nagasaki (https://bit.ly/4dHy8uq) para recuperar su “deterrence (disuasión; https://bit.ly/3z5GVqq)”.
DMG estuvo de acuerdo con el temerario aserto del “mediador “de Biden, el jázaro Amos Hochstein, de 51 años (https://bit.ly/3zeQ0x9) –de doble nacionalidad estadunidense-israelí, nacido en Israel y habiendo servido en el ejército hebreo–, quien “advirtió a los funcionarios libaneses que si Hezbolá no cesa sus casi (sic) ataques cotidianos al norte, Israel podría lanzar un ataque limitado (¡mega-sic!) con el apoyo de EU (https://bit.ly/3VSHxZg)”.
DMG comentó que la invasión israelí coincide con la llegada del 23 al 25 de junio (¡mega-sic!) del grupo de ataque del portaviones de EU
. Afirmó que EU apoyaría a Israel con sus satélites, aviones, misiles, fuerza naval y todo su sistema de vigilancia y reconocimiento con intercambio de datos.
También aseguró que Hezbolá contaría con un apoyo similar de Irán y que en caso de un ataque de EU contra Irán, entonces Rusia y China no abandonarían a la teocracia chiíta.
Esto ya es archisabido cuando desde el inicio de la guerra de Israel contra Hamas emitimos la hipótesis de que lo que Netanyahu busca en realidad es la destrucción de Irán por EU (https://bit.ly/4eyKyW8).
DMG vislumbra que la situación en el Medio Oriente es mucho más peligrosa que la de Ucrania: desde el cierre del estrecho de Ormuz –que dispararía el barril del petróleo– hasta la explosividad doméstica en Egipto y Turquía, cuyas poblaciones no toleran el genocidio en Gaza.
DMG confirmó que Pakistán –que posee 170 bombas nucleares (https://bit.ly/45yXeIx)– ofreció poner su arsenal a disposición de Turquía –dos potencias regionales sunnitas de primer orden– para reequilibrar el deterrence (disuasión) con Israel.
A propósito, las publicaciones occidentales
subreportan el número real de las bombas clandestinas nucleares de Israel y dependiendo de las proclividades las sitúan entre 90 y 400 (¡megasic!). A mi juicio, es más correcta la cifra de 400 bombas nucleares dado que el ex presidente James Carter comentó hace mucho que Israel poseía más de 300 (sic; https://bit.ly/3KTiajZ).
Por su parte, la misión diplomática de Irán en la ONU previno a Israel de las consecuencias de librar una guerra total contra el grupo de resistencia Hezbolá en el Líbano
y aseveró que “Israel sería el gran perdedor (https://bit.ly/3xCzBSD)”.
El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, advirtió que en caso de una invasión israelí combatirían sin reglas y sin límites
y amenazó a la región griega de Chipre de formar parte de la guerra
, en caso de que Israel siga usando sus aeropuertos y sus bases con propósitos militares (https://politi.co/4eDp1M7).
Cada vez que los dos jázaros (https://bit.ly/3QqemJr) Antony Blinken (ocho visitas), secretario de Estado, y Amos Hochstein (cuatro visitas) acuden a apaciguar
tanto la guerra en Gaza como la intensificación de los ataques transfronterizos entre Hezbolá e Israel, ambas delicadas situaciones empeoran.
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