El Cairo. Israel profundizó su ofensiva en Rafah con el objetivo de tomar el control de la ciudad. En las últimas horas de ayer, se registraron ataques y combates cuerpo a cuerpo entre las tropas de Tel Aviv y Hamas, que dejaron al menos 45 personas asesinadas y decenas de heridos, informó ayer el Ministerio de Salud del enclave.
La ciudad, situada en el extremo sur, ha sido objeto del asalto israelí desde principios de mayo, que ayer dispararon desde aviones, tanques y barcos frente a la costa, forzando una nueva oleada de desplazamientos de la ciudad, que estuvo albergando a más de un millón de desplazados, la mayoría de los cuales se vieron obligados a huir de nuevo.
El Ministerio de Salud gazatí declaró que 25 de las víctimas mortales de ayer estaban en el campamento de refugiados de Al Mawasi, donde 50 personas resultaron heridas.
El ejército israelí declaró ayer que sus fuerzas estaban llevando a cabo acciones precisas, basadas en información de inteligencia
y que localizaron túneles utilizados por milicianos. También informó de acciones en otros lugares del enclave.
Algunos residentes aseguraron que el ritmo de la incursión del ejército de Benjamin Netanyahu se aceleró desde el miércoles, a juzgar por el sonido de las explosiones y los disparos en encarnizados e incesantes combates. Tras más de ocho meses de guerra en Gaza, el avance israelí se centra en el extremo sur de la franja, y los alrededores de Deir Al Balah, en el centro.
Toda la ciudad de Rafah es zona de operaciones militares israelíes
, afirmó el alcalde, Ahmed al Sofi, en un comunicado difundido ayer.
La ciudad vive una catástrofe humanitaria y la gente está muriendo dentro de sus tiendas a causa de los bombardeos israelíes
, añadió.
Sofi manifestó que no había ningún centro médico en funcionamiento en la ciudad y que los residentes y las familias desplazadas carecían del mínimo para cubrir sus necesidades diarias de alimentos.
Las cifras palestinas y de la Organización de Naciones Unidas indican que pueden haber quedado menos de 100 mil personas en el extremo occidental de la ciudad, que estuvo albergando a más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes de Gaza antes de que comenzara el asalto israelí a principios de mayo.
El ejército acusó a Hamas de utilizar a civiles palestinos como escudos humanos, lo cual niega el grupo islamita.
En la cercana Jan Yunis, un ataque aéreo israelí mató ayer a tres personas, entre ellas a un padre y su hijo, reportaron los médicos.
De manera paralela, las fuerzas israelíes siguieron avanzando hacia algunos suburbios de la ciudad de Gaza, en el norte del enclave, donde se enfrentaron a milicianos dirigidos por Hamas.
Más tarde, otro ataque aéreo en una carretera principal de la ciudad de Gaza mató a cuatro palestinos, informó el personal de urgencias.
En tanto, Médicos sin Fronteras advirtió que detendrá pronto
algunas de sus actividades en Gaza si no logra tener nuevos suministros, ya que desde finales de abril la organización no ha recibido nada debido al cierre del paso de Rafah y a la interminable burocracia
israelí. La coordinadora médica de la organización no gubernamental en los territorios palestinos ocupados, Guillemette Thomas, denunció una escasez crítica
de medicinas y equipos esenciales, pese a que las necesidades se han disparado en toda la franja y hay colas masivas de camiones al otro lado de la frontera.
En Cisjordania reocupada, continuaron los operativos del ejército israelí contra palestinos. La creciente violencia que se agudizó desde el inicio de la guerra en Gaza, avivó las diferencias al interior del gobierno israelí.
Ayer, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, criticó la declaración de su par de Defensa, Yoav Gallant, quien dijo que para lograr la paz, hay que andar con pies de plomo y seguir mostrando debilidad ante la Autoridad Nacional Palestina es un grave error
, y exigió tomar medidas contundentes sobre la situación en Cisjordania.
Por otra parte, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró que era absolutamente necesario
ventilar públicamente sus críticas hacia Estados Unidos por el retraso en las entregas de material bélico, pues meses de conversaciones tranquilas
no habían logrado nada.
Washington rechazó estas críticas y calificó de decepcionantes
los comentarios de Netanyahu. El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby , aclaró que las armas retenidas son bombas de gran potencia
y existe el temor de que Israel ataque con ellas a civiles.