Franja de Gaza. Al menos 24 personas murieron el sábado en bombardeos israelíes en el norte de la Franja de Gaza, indicaron fuentes sanitarias palestinas, al día siguiente de que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reportara 22 muertos en un ataque que dañó sus oficinas en el sur.
En Ciudad de Gaza, al menos 20 personas murieron en el bombardeo aéreo de una vivienda y cuatro en el del campo de refugiados de Shati, informó a AFP el portavoz de la agencia de Defensa Civil del territorio palestino gobernado por el movimiento islamista Hamas.
El médico Mahmud Aliwa, del hospital Al Ahli de esa localidad del norte de la Franja, confirmó que el establecimiento recibió 24 cuerpos tras esas incursiones.
El ejército israelí indicó que bombardeó "dos sitios de infraestructura militar de Hamas en el área de Ciudad de Gaza".
El cuerpo armado también afirmó haber "eliminado" el viernes a "varios terroristas" en el centro del territorio y en Rafah, en el extremo sur de la Franja.
El CICR reportó que al menos 22 personas murieron y 45 resultaron heridas en un bombardeo en las inmediaciones de su oficina en el sur de Gaza, en torno a la cual se habían instalado cientos de palestinos desplazados por la guerra.
El Ministerio de Salud del gobierno de Hamas en Gaza informó de 25 muertos y 50 heridos en esa operación y acusó a los israelíes de haber "atacado las tiendas de los civiles desplazados en Al Mawasi", en las inmediaciones de Rafah.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, exigió una "investigación independiente" para esclarecer lo ocurrido.
"La UE condena el bombardeo que dañó la oficina del CICR en Gaza y provocó decenas de víctimas", escribió el diplomático español en la red social X.
"No hubo ataque directo llevado a cabo por las Fuerzas de Defensas Israelíes contra una instalación de la Cruz Roja", afirmó el sábado el ejército israelí en un comunicado, añadiendo sin embargo que la investigación aún no ha terminado.
"Montones de cadáveres"
Primero se oyeron "varias explosiones potentes" y "muy pronto vimos una avalancha de heridos en la puerta de nuestro recinto. Había montones de cadáveres y sangre por todas partes", contó por videoconferencia de prensa el jefe de la misión del CICR en Gaza, William Schomburg.
"En la calle había charcos de sangre, cadáveres esparcidos y un inmenso sentimiento de miedo entre la gente, que claramente era presa del pánico y estaba desesperada por no tener adonde ir", describió Schomburg.
Fue "un día muy duro para el equipo, para las víctimas, para las familias", añadió, sin precisar el origen del ataque.
Israel había declarado la zona costera de Al Mawasi como una "zona humanitaria" donde se podía refugiar la población civil.
Pero según Thanos Gargavanis, responsable de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), "no hay ningún lugar seguro" en la Franja, poblada por 2,4 millones de palestinos.
En Ciudad de Gaza, un periodista de AFP reportó este sábado cruces de disparos entre combatientes palestinos y tropas israelíes.
En el barrio de Zeitun, testigos indicaron que helicópteros israelíes dispararon contra combatientes palestinos.
Sentada sobre un bloque de hormigón, una mujer palestina lloraba ante el cadáver de un familiar envuelto en una lona blanca, muerto en el tiroteo.
"No vemos ninguna ayuda"
La guerra se desencadenó el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas de Hamás mataron a mil 194 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 41 de las cuales habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado al menos 37.551 muertos, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud de Gaza.
El conflicto, que devastó el territorio, dejó a la población de Gaza al borde de la hambruna, según la ONU. Y la ayuda humanitaria entra con cuentagotas, lamentó la OMS.
La "pausa" diaria anunciada por el ejército israelí en las operaciones en el sur no tiene "ningún impacto" en el encaminamiento de víveres, denunció la agencia sanitaria de la ONU.
"No vemos ninguna ayuda (...). Todo lo que comemos viene de nuestro propio dinero y es muy caro", deploró Om Mohammad Zamlat, de 66 años, un desplazado en Jan Yunis, en el sur.
El conflicto recrudeció también la violencia en la frontera norte de Israel, donde el ejército libra choques casi diarios con el movimiento proiraní libanés Hezbolá, aliado de Hamas.