Ciudad de México. El Día Mundial de los Refugiados, que se conmemora hoy, es una fecha para reflexionar puesto que en el planeta hay 120 millones de personas que están fuera de sus casas, desplazadas contra su voluntad; cifra que es el doble de hace 10 años, aseveró el representante en México de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Giovanni Lepri.
En este sentido, frente a titulares de la Secretaría de Gobernación, la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar), entre otros integrantes de instituciones federales y organizaciones civiles, destacó que si bien México es un país de grandes posibilidades en materia de protección internacional, se necesitan esfuerzos mancomunados.
Planteó el reto de que el próximo año se pueda lograr tener más protección para quienes lo necesitan, así como “más soluciones y más personas integradas (en la sociedad), desde la necesidad básica de la documentación y regularización migratoria, al acceso a los servicios”.
En el Centro Cultural España, Lepri afirmó que cada año se habla de los récord de desplazamiento forzado en el mundo, lo que tendría que ser suficiente para ponernos “alerta”.
Ello, dijo, “significa que los conflictos, las persecuciones, los temas de violencia, están aumentando, que el ser humano aparentemente no ha logrado encontrar otra manera de resolver las tensiones sino a través de la violencia, y lo vemos en todos los continentes”.
Apuntó que en una persona de cada 69 en el mundo está desplazada por la violencia, y de éstas el 40 por ciento son menores de edad.
Respecto al continente Americano, indicó que se ha visto un crecimiento “fuerte” del desplazamiento forzado, por una diversidad de causas, como el cambio climático. “Hoy 20 por ciento de la población desplazada se encuentra en las Américas”.
En su turno, Andrés Ramírez, titular de la Comar, resaltó que México se encuentra entre los principales países del mundo con el mayor número de personas solicitantes de la condición de refugiado.
Subrayó que el país ha logrado "cuadruplicar su eficiencia en términos de productividad de las personas que pueden, en un tiempo determinado, reconocer la condición de refugiado”.
Sostuvo que a escasos meses de concluir el actual sexenio, la Comar “puede enorgullecerse que, de haber heredado solamente cuatro oficinas, vamos a cerrar con 13 a nivel nacional”. Sin embargo, no hizo mención de que desde hace cuatro semanas no hay sede central en la Ciudad de México.
Durante su discurso, Ramírez enfatizó que la comisión pasó de tener un personal “absolutamente incapacitado” a uno “muy experimentado y ampliamente capacitado”.
En este sentido, expresó su deseo de que pese al cambio de administración, tras el triunfo de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, “los puestos del personal operativo se mantengan y se sostengan en tanto que se tiene una experiencia y una riqueza de conocimiento muy importante”.
Este año, dijo, “hemos incrementado la tasa de reconocimiento al nivel de 80 por ciento”.
La SG aseguró que en México los refugiados son bienvenido y que por varios años más se tendrá “una política solidaria, de puertas abiertas, como lo ha sido en la historia de nuestro país”.
Indicó que frente al contexto se han estado buscado alternativas para que la Comar no desvirtúe su objetivo principal y pueda atender a aquellas personas, en específico, que buscan refugio en el país, y que esa visión pueda ser integral.
Ante las manifestaciones alrededor de la migración, dijo que hay que seguir generando consciencia.
En el evento conmemorativo participó Víctor Hugo Tinoco, ex vicecanciller de Nicaragua, quien relató parte de su testimonio al ser “desterrado” de su país. Consideró que quienes trabajan en la atención a refugiados “realmente desarrollan una tarea noble, histórica, humanista profundamente, sobre todo en este que ha sido llamado el siglo de las migraciones, de los refugiados y desplazados”.
Reconoció el trabajo de la Comar, que lo atendió a él y a su familia, y se pronunció porque exista más servicios para la atención emocional y sicológica para los refugiados, que “son gente que sufre, que está afectada emocionalmente, forzados a salir, a migrar, donde han perdido todo y tienen un mundo incierto".
Peter Grohmann, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en México, si bien celebró los logros del país en estos seis años, dijo que es importante manejar los flujos de personas “de una forma conjunta, integral porque muchos necesitan servicios similares, obviamente tienen estatus legales, pero si hay vías legales para entrar en el país también como no refugiado, como migrantes , esto ayudaría de manejar los flujos que están llegando al sur, de una forma integral y humanista tal como lo dice el gobierno mexicano”.