Dharamasala. Un grupo de legisladores estadunidenses que se reunieron el miércoles con el Dalai Lama en la India afirmaron que no permitirán que China influya en la elección de su sucesor, comentarios que se espera enfurezcan a Pekín, que llama separatista al exiliado líder espiritual tibetano.
Las declaraciones se producen en un momento en que Washington y Pekín tratan de estabilizar sus inestables lazos, mientras la India presiona a China para que garantice una paz duradera en su disputada frontera del Himalaya, cuatro años después de que un enfrentamiento militar tensara los lazos.
Los legisladores también indicaron que Washington presionará a Pekín para que mantenga conversaciones con los líderes tibetanos, estancadas desde 2010, para resolver la cuestión del Tíbet, con un proyecto de ley que, según dijeron, firmará en breve el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Aunque Washington reconoce al Tíbet como parte de China, el proyecto de ley parece cuestionar esa postura y cualquier cambio supondría una gran conmoción para Pekín, según los analistas.
El grupo bipartidista, formado por siete personas y encabezado por Michael McCaul -congresista republicano por Texas y presidente de la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes- se reunió con el Premio Nobel de la Paz en su monasterio de la ciudad de Dharamsala, en el norte de la India.
"Sigo teniendo la esperanza de que algún día el Dalai Lama y su pueblo regresen al Tíbet en paz", dijo McCaul en una recepción pública tras la reunión.
Según afirmó, Pekín ha intentado incluso inmiscuirse en la elección del sucesor del Dalai Lama, pero aseguró que "no dejaremos que eso ocurra".
El Dalai Lama huyó a la India en 1959 tras un fallido levantamiento contra el dominio chino en el Tíbet. El Dalai Lama, de 88 años, que lleva años luchando contra sus problemas de salud, viajará esta semana a Estados Unidos para recibir tratamiento médico.