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American curios / David Brooks

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Donald Trump, aspirante a la presidencia de Estados Unidos, en un acto de campaña durante el fin de semana en una iglesia de Detroit. El republicano ha dicho que su objetivo es rescatar al país “de las garras de la izquierda radical”. Foto Ap
17 de junio de 2024 08:27

A menos de cinco meses de la elección estadunidense, la pregunta en el aire es: ¿pasarán? Esta columna está en peligro de volverse monotemática y hasta tediosa, pero es casi imposible no seguir colocando la mira sobre la amenaza neofascista que enfrenta el superpoder y sus implicaciones potencialmente catastróficas tanto dentro de Estados Unidos como para sus vecinos cercanos y lejanos en el mundo.

Y es la segunda llegada. Ya estuvo en el poder el bufón peligroso, y después muchos celebraron que “el sistema” democrático aguantó las embestidas sin precedente desatadas por Trump culminando en el primer intento de un golpe de Estado en este país (un tipo de autogolpe más bien), y sobrevivió. Pero ahora él y sus aliados prometen retornar y vengarse contra todo lo que no le permitió mantener y ejercer su poder.

Sus promesas son parte de una serie de propuestas para un proyecto de nación neofascista. El plan que se conoce en público más desarrollado de este proyecto se llama Project 2025 (https://www.project2025.org/), elaborado por el Heritage Foundation junto con más de 100 de las principales organizaciones conservadoras del país. Su plan de acción, que se llama Mandato por liderazgo: La promesa conservadora, incluye, dentro de sus casi 900 cuartillas, todos los pasos y medidas que se realizarán en los primeros 180 días de un gobierno de Trump. El objetivo es revertir lo que llaman “la larga marcha del marxismo cultural a través de nuestras instituciones”, y, por lo tanto, la tarea es depurar el gobierno federal a través de “la acción colectiva de nuestro movimiento” para rescatar a la república de las garras de “la izquierda radical” que, según ellos, se ha apoderado del país.

Más allá de la noticia de que estamos viviendo bajo un gobierno de “izquierda radical” –¿quién sabía que Biden y su gente son aparentemente marxistas?–, el proyecto de país que impulsan estos grupos empieza con una purga masiva de todas las secretarías, agencias y otras organizaciones del Poder Ejecutivo y sustituirlos con funcionarios leales al proyecto derechista.

Dentro de este proyecto, junto con otras propuestas que desarrollan algunos de los genios antimigrantes del primer gobierno de Trump, está la deportación masiva de indocumentados más grande de la historia del país, incluyendo la construcción de lo que serían campos de concentración para migrantes, que promete el candidato.

Además, Trump ha dicho que usará las fuerzas armadas para suprimir disidentes, perseguir penalmente a sus adversarios políticos, anular derechos y libertades civiles y por supuesto desmantelar o anular regulaciones ambientales y sobre armas de fuego (las pocas que quedan), permitir la continuación del ataque contra los derechos de las mujeres en torno al control de sus cuerpos e iniciativas para una reforma conservadora de la educación.

Nada de esto es secreto. Nada sobre el currículum vitae de candidato presidencial republicano está oculto: criminal convicto, violador, presidente con dos impeachments, fraude empresarial y fraude electoral, golpista, xenófobo, promotor de conceptos neofascistas (los inmigrantes”envenenan la sangre” de Estados Unidos), y negacionista del cambio climático y otras verdades científicas y más. Todo se sabe. Y sigue empatado o ganando en las encuestas.

¿Qué hacer ante esta amenaza de que los neofascistas “pasarán”? Algunos dicen que la única salida es promover el voto antitrumpista al optar por Biden, aun si pocos lo quieren. Hannah Arendt, quien se ha vuelto esencial para entender el momento, en sus apuntes sobre Brecht comentó que “los grandes criminales políticos tienen que ser expuestos, y especialmente expuestos a la risa”.

La burla y el uso del humor contra los criminales políticos son necesarios, pero vale recordar que en el pasado eso no ha sido suficiente si no es acompañado de un gran movimiento de resistencia. Aquí aun apenas se escucha ese grito masivo tan urgente de “no pasarán”. Ojalá no tarde mucho más.

 

Resistance Revival Chorus/Rhiannon Giddens. All you fascists bound to lose. https://www.youtube.com/watch?v=dWUa7aAIfLE

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