Ciudad de México. La inteligencia artificial (IA) se enfila como un arma de doble filo. Tiene el potencial de impulsar la productividad y mejorar la prestación de servicios públicos, al tiempo de “conducir a una mayor desigualdad de ingresos y concentración de la riqueza”, advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI). De ahí la necesidad de una política fiscal que promueva una distribución más equitativa de las ganancias, recomienda el organismo.
“El impuesto mínimo global acordado por más de 140 países, que establece una tasa impositiva efectiva mínima del 15 por ciento para las empresas multinacionales, es un paso en la dirección correcta. Otras medidas podrían incluir un impuesto suplementario sobre las ganancias excesivas, impuestos más fuertes sobre las ganancias de capital y una mejor aplicación de la ley”, detalla.
En un ensayo de trabajo del organismo se destaca que la IA no sólo podría dejar a grandes sectores de la fuerza laboral sin trabajo durante períodos prolongados, se instala en economías de ingreso alto donde desde hace 40 años el trabajo paga más impuestos que el capital. Actualmente esa brecha promedia 10 puntos porcentuales.
“Los impuestos sobre la renta del capital deberían reforzarse para proteger la base impositiva contra una mayor disminución de la participación del trabajo en los ingresos y para compensar la creciente desigualdad de la riqueza. Esto es crucial, ya que una mayor inversión en educación y gasto social para ampliar los beneficios de la IA requerirá más ingresos públicos”, recomienda el organismo.
De acuerdo con “Ampliar los beneficios de la IA: el papel de las políticas fiscales”, eventualmente la IA podría impulsar el empleo y los salarios en general, pero antes es necesario un programa integral de asistencia social para los trabajadores que enfrentan desempleo de largo plazo.
El documento considera que las exenciones fiscales corporativas sobre software y hardware informático, que algunas economías de ingreso alto extienden, pueden alentar a las empresas a reemplazar trabajadores mediante la automatización. Por ello recomienda “reconsiderar los sistemas de impuestos corporativos que favorecen de manera ineficiente el rápido desplazamiento de empleos humanos, dado el riesgo de que puedan magnificar las dislocaciones causadas por la IA”.