Los Celtics tuvieron en sus manos la oportunidad de coronarse y la desaprovecharon. Después de tres partidos en los que habían sido superiores, les bastaba un triunfo para alcanzar su título número 18 y convertirse en el equipo más ganador de la NBA. Sin embargo, los Mavericks de Dallas despertaron en el momento más oportuno e impidieron el campeonato con una gran exhibición (112-84) en el cuarto partido de la serie (3-1).

Los Celtics llegaban con una ventaja (3-0) que nadie ha dejado escapar en la historia de la NBA. Ninguno de los 156 equipos que han estado por debajo de esta cifra consiguieron ganar una eliminatoria de playoffs. La campaña pasada Boston se quedó cerca de romper esta estadística cuando resurgieron y empataron la serie contra Miami en la Final de Conferencia, pero perdieron el séptimo encuentro.

Esta vez, el horizonte era completamente distinto para los bostonianos.

Aún con la amplia ventaja, se plantaron sin dar nada por seguro en la cancha del American Airlines Center.

El nerviosismo por su primer título en 16 años, no cegó a los Celtics, al menos en los primeros minutos.

No obstante, los Mavs sabían lo que se jugaban. Era su última chance.

Luka Doncic, pese a los diversos problemas físicos que ha atravesado para poder disputar la eliminatoria, sacó el carácter y empezó a guiar a los suyos.

Con el rostro de alguien que busca revancha, el esloveno brilló.

La dinámica con la que él y sus compañeros encararon el encuentro les permitió sacar hasta una diferencia de 13 puntos. Incluso P.J Washington cerró el primer cuarto con un lanzamiento de tres que hizo explotar a los más de 19 mil espectadores que se dieron cita.

Lo que estaba por suceder, no figuraba ni en el mejor de los escenarios para Dallas.

Los texanos utilizaron la confianza a su favor para desaparecer de la pista a sus rivales, una situación que no habían explorado los Celtics, con 10 victorias consecutivas hasta antes del enfrentamiento de ayer.

La disparidad fue de 26 unidades al descanso y de 33 al regreso de éste. Doncic y Kyrie Irving se combinaron para frenar a los Tatum, Holiday y White. Dallas encontró el camino para desarmar a un equipo que parecía invencible. Los exhibió con un espíritu combativo que se les olvidó practicar en los enfrentamientos anteriores.

La extenuante defensa de los Celtics esta vez no logró mermar el rendimiento de Doncic, quien terminó con 29 puntos.

Los 38 puntos de ventaja en el marcador final es la tercera mayor diferencia en un partido de Finales.

El quinto de la serie regresa el próximo lunes al TD Garden de Boston.