genéricasde los reinos cultural y político. Por tanto, el MM conlleva una transformación de gran alcance en el marco conceptual en el cual se deben plantear preguntas sobre las ideas. Éstas no son postuladas inicialmente como productos (como objetivaciones) de actividades humanas históricas específicas, de manera que la pregunta que ha de ser contestada inicialmente es acerca de la relación de este tipo de
produccióncon la totalidad estructurada y diferenciada de todas aquellas actividades por las cuales los SH reproducen y cambian las condiciones de su existencia y a sí mismos. La teoría marxiana de la ideología y la conciencia social descansa en un supuesto más amplio, el del carácter paradigmático de la producción material para el entendimiento de todas las manifestaciones de la vida humana.
Este paradigma es el que separa al MM de su tradición inmediata, la filosofía hegeliana y el idealismo clásico alemán. Ambos compartieron el supuesto que iguala la intersubjetividad práctica con la razón misma como sujeto supraindividual. Y esto no fue una simple hipóstasis idealista. Sólo a través de ella fue posible asegurar la mediación entre el individuo y lo universal. La destrucción crítica de la idea de un sujeto supraindividual se basa en la reinterpretación de la noción de intersubjetividad, hecha posible por el paradigma de la producción, que plantea la intersubjetividad en la forma de objetividad social. Dado que en esta concepción se concibe a los individuos con el carácter de sujetos que, bajo condiciones de vida definidas, hacen su propia historia, dicha objetividad es el resultado material de las actividades humanas previas y se vuelven circunstancias sociales sólo en la medida en que tales resultados quedan reinvolucrados en las actividades humanas que los reproducen y cambian. Estos estados físicos humanamente producidos alcanzan la significación de circunstancias sociales sólo a través de su interiorización, de su apropiación por los individuos actuantes, que retransforman las fuerzas humanas objetivadas en ellos en sus propias necesidades y capacidades, proceso que no puede ocurrir si no es a través del contacto y relaciones activas entre los individuos. El significado de sujeto es ahora totalmente nuevo (si bien los individuos ciertamente se hacen unos a los otros, física y mentalmente, no se hacen a sí mismos
, dice Marx). Autonomía y creatividad como los constituyentes de la noción de sujeto (sujeto como una entidad cuyo predicado es su propia autorrealización) no se piensan más como características metafísicas, sino como posibilidades históricas cuya realización depende del control que ejerzan los individuos sobre el resultado total de sus interacciones. El carácter descentrado de los sujetos, la escisión interna entre esencia humana y existencia, no es concebida ni como ilusión que ha de superarse en la contemplación teórica superior, ni como el eterno, metafísico o antropológico lugar de la existencia humana. Se concibe como una situación histórica que puede ser trascendida bajo condiciones definidas de la actividad práctica colectiva. La racionalidad no es la razón en la historia. Es razón histórica corporizada en la actividad práctica de la asociación de clase de individuos socialmente determinados, que pone fin a las contradicciones de su existencia que hoy les impide darles significado a sus propias vidas. Este historicismo radical de Marx significa una transformación completa del problema básico de la filosofía moderna, a saber el de la constitución subjetiva del mundo (la pregunta acerca de las vías por las que la actividad humana constituye y determina el mundo vital cotidiano de los SH como punto de partida autoevidente e inmediato de todos los actos explícitos de conocimiento). Marx acepta el carácter legítimo de este problema y en este sentido se sitúa en la tradición, en sentido amplio, de la Ilustración. Pero la constitución del mundo común y significativo de la experiencia humana le aparece a él no como el logro de la conciencia sino como el resultado histórico de las actividades materiales prácticas.