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Durante 10 meses, el ministro Luis María Aguilar Morales “guardó” en su escritorio el expediente fiscal de Tv Azteca para proteger los intereses “de un potentado”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto José Antonio López
13 de junio de 2024 07:39
Ayer, el presidente López Obrador envió un claro mensaje a los barones disfrazados de mercado, quienes desde el 3 de junio se han dedicado a especular feroz e irracionalmente contra la estabilidad cambiaria para presionar al gobierno y convencerlo de que cancele la reforma constitucional al Poder Judicial: “no vamos a dar marcha atrás sólo porque haya ‘nerviosismo financiero’; si limpiamos el Poder Judicial nos va a ayudar a todos a mediano y largo plazos. Además, de por medio está la justicia. ¿Cómo vamos a cambiar corrupción por justicia? ¡Qué nos pasa!, si el éxito de nuestra política económica ha sido no permitir la corrupción”.

Algo más: “se les olvida que si hemos tenido éxito en el manejo de la economía, ojalá lo internalicen, ha sido por no permitir la corrupción. Es la clave, porque era la que impedía que México progresara. Imperaba la corrupción, sin límites, y nuestro país era de los países más corruptos del mundo, más saqueados por una banda de malhechores. Entonces, cuando cambia el gobierno, se establecen nuevas reglas y se decide desterrar la corrupción, se nos empiezan a facilitar las cosas. ¿Por qué?, pues no sólo por la confianza de inversionistas extranjeros, sino también por el respeto de otros gobiernos a la autoridad de nuestro país. Por eso están equivocados quienes están pensando que vamos a dar marcha atrás al propósito de reformar al Poder Judicial, que está podrido y dominado por la corrupción, sólo porque hay ‘nerviosismo’ financiero”.

Y López Obrador recordó: se les olvida que no se veía un fortalecimiento de nuestra moneda desde hace más de 50 años; se les olvida que desde 1970, sexenio tras sexenio, hubo devaluaciones; todos los presidentes, los gobiernos, devaluaron, y es hasta ahora que no hay, pero eso no lo toman en cuenta.

Sordos, los barones no son, pero sí soberbios y como se creen más poderosos que el Estado operan para golpear y chantajear al gobierno federal, el actual y el entrante, para que no los toquen, que para eso tienen el Poder Judicial a su servicio y para eso le pagan. Así los acostumbró el régimen neoliberal, siempre a su servicio, y en esa falsa creencia se niegan a aceptar la nueva realidad.

Entonces, mientras no se desarticule ese poder fáctico, empoderado y alimentado por gobiernos corruptos –siempre con la ayuda del Judicial y el Legislativo–, difícilmente la transformación avanzará al ritmo deseado y decidido por millones y millones de ciudadanos, porque los barones y su disfraz de mercado son de la idea de que eso de las elecciones y la representación popular es un juego, un entretenimiento para la plebe, porque, dicen, a la hora de tomar decisiones mandamos nosotros.

Por ello se niegan a la reforma del Poder Judicial, pero, dice el mandatario, ¡cómo vamos a quedarnos con los brazos cruzados! Ayer, ¿qué se dio a conocer? Lo sucedido en 15 días: un juez amparó a Rafael Caro Quintero para no ser extraditado; casi al mismo tiempo una jueza liberó a César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, y si vemos su comportamiento vamos a encontrar mucho más. Como es el caso de este ministro: está enojado con nosotros; pues cómo no, y López Obrador mostró una fotografía en la que aquel aparece feliz y premiado por Felipe Calderón y Genaro García Luna.

¿De quién se trata?, de Luis María Aguilar Morales, ubicado por López Obrador entre los más tenaces violadores de la Constitución. Y de este oscuro personaje en el transcurso de la mañanera se ofreció una suerte de biografía mínima: durante 10 meses guardó en su escritorio el expediente fiscal de Tv Azteca para proteger los intereses de un potentado (Salinas Pliego) en un caso que acumula décadas y no se resuelve.

Además, liberó a 65 personas involucradas en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa; maletas de dinero en el auto de su secretario particular; impidió la distribución de los libros de texto gratuitos; se opuso a la reforma eléctrica y a otras, y militó activamente en contra de la desaparición de los fideicomisos del Poder Judicial, entre tantas otras gracias.

Las rebanadas del pastel

La Secretaría de Gobernación informó que no hay indicios de una explosión en la mina Pasta de Conchos, en donde el 19 de febrero de 2006 murieron 65 mineros y de ellos 63 permanecen bajo toneladas de rocas, es decir, se cae el pretexto de Grupo México, del tóxico Germán Larrea, y Vicente Fox para no hacer nada por rescatar los cuerpos. Son canallas: los dejaron morir. Homicidio industrial, como desde el principio lo denunció el líder de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia.

Twitter: @cafevega

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