Buenos Aires. Las fuerzas de seguridad reprimieron hoy violentamente a sindicalistas, estudiantes, docentes y ciudadanos que pacíficamente rechazaban frente al Congreso la llamada Ley de Bases, que desregulará la economía, y que tras más de diez diez horas de debate fue aprobada gracias a la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien rompió en el Senado un empate con 36 votos a favor y otros tanto contra la polémica iniciativa.
Heridos, lesionados, entre ellos cuatro diputados de la peronista Unión por la Patria (UP), golpeados, incluyendo jubilados, y más de 20 detenidos fue el saldo de la brutal represión de las fuerzas de seguridad, que no dejaron llegar a los manifesantes al Congreso. Este miércoles se transformó en un día de furia, que terminó en la noche con cacerolazos en todos los barrios de esta capital y en distintas ciudades de Argentina.
Los manifestantes permanecieron en las calles aledañas al Legislativo, y comenzaron a retirarse en la tarde; después apareció un grupo violento que tiraba piedras, botellas y otros objetos lo que desató un ataque policial, que arrasó con todo a su paso.
La indignación creció cuando el presidente, el ultraderechista Javier Milei, a punto de viajar a Europa, envió un mensaje felicitando a las fuerzas de seguridad por reprimir a lo que llamó “grupos de terroristas que intentaron perpetrar un golpe de Estado atacando con piedras, botellas y hasta granadas para impedir el libre funcionamiento del Congreso”.
En la noche las fuerzas de seguridad elaboraban listas de quienes protestaron, y al llegar más manifestantes a la Plaza del Congreso, los agentes volvieron a reprimir con violencia inaudita, mientras el debate en el Senado era cada vez más duro
Al cierre de esta edición, los senadores continuaban con la votación en particular de un centenar de artículos, muchos de los cuales fueron objeto de arduas negociaciones aún iniciado el debate.
La votación concluyó con un empate en 36, por lo que la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, terminó inclinando la balanza a favor del oficialismo.
Si el Senado lo avala, el proyecto será girado a la Cámara de Diputados para convertirse en ley. De aprobarse, será la primera ley de Milei desde que asumió el poder hace seis meses.
La represión sucedió a lo largo de todo el día. La policía entró en un bar rompiendo todo a su paso y apareció imprevistamente un grupo no identificado, la mayoría con la cara cubierta, que comenzó a arrojar piedras, botellas y otros elementos y la brutalidad represiva no tuvo límites.
Los pocos violentos ¿no pudieron ser controlados por semejante cantidad de fuerzas de seguridad?, fue la pregunta y especialmente considerando lo que ya han sucedido casos parecidos con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien adelantó la posibilidad de una provocación.
Tal como documentaron las cámaras del portal El Destape, la policía comenzó a reprimir a los manifestantes, en un trabajo conjunto entre las fuerzas nacionales y porteñas para desalojar las calles sobre el Congreso.
Durante el debate en el Senado, la peronista Anabel Fernández Sagasti, denunció la represión, y advirtió que a diputados de ese bloque les arrojaron gas pimienta.
“Queriamos llegar pacíficamente a la plaza frente al Congreso para que los senadores nos escuchen y no voten la Ley Bases”, dijo una docente que detalló cómo dañaría al país esta ley y recordando que entre los puntos más graves “esta ley otorga facultades ilimitadas al Poder Ejecutivo”.
El gobierno de Milei tuvo que ceder en varios puntos de la ley que cambió muchos de sus artículos, pero también surgió el tema de la corrupción y la “compra de votos” cuando la senadora de Comunidad Neuquina, Lucila Crexell, alineada en un principio con la derechista alianza Juntos por el Cambio, admitió que aceptó una embajada ante la Unesco en París para votar en favor de la ley.
Otros dos congresistas de Santa Cruz, Natalia Gadano y José María Carambia fueron amenazados porque habían propuesto no dar quorun. Gadano recibió un llamado en el que fue advertida que si no votaba podían actuar contra sus hijos, “que podían ser víctimas de un accidente”. Cada día se van conociendo presiones, amenazas, promesas, y dinero a senadores y diputados por parte del gobierno.
Tratando de evitar una derrota en el Senado el gobierno fue cediendo y el senador y presidente previsional Bartolomé Abdala redujo la lista de empresas a privatizar, y salieron de ese proyecto Aerolíneas Argentinas y Radio y Televisión Argentina y el Correo Argentino, entre otras, informó Página/12.