Ciudad de México. Aprovechando la coyuntura post-electoral, en la que Claudia Sheinbaum resultó virtual presidenta electa, la calificadora de riesgo Fitch azuzó que el sector energético de México requiere mejorar su capacidad y confiabilidad, de ahí que se requiere regulación para incentivar la inversión privada, a fin de que “no se vea comprometida” la estructura financiera de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La tendencia al alza en la demanda de energía –que podría aumentar más con la relocalización de cadenas de suministro, conocida como nearshoring– “requiere una inversión significativa, siendo la participación del sector privado crucial para el desarrollo de nuevas centrales eléctricas, asegurando que la estructura financiera de la CFE, calificada BBB-/estable, no se vea comprometida”, puntualizó la firma de riesgo.
Fitch reiteró que, si bien la CFE es la mayor empresa eléctrica integrada y la única entidad nacional autorizada para transmitir y distribuir electricidad en México, sus necesidades de inversión “podrían debilitar su estructura de capital sin el apoyo del gobierno”.
“Un debilitamiento del perfil crediticio independiente de la CFE, junto con un menor apoyo del gobierno mexicano, podría provocar una rebaja de la calificación”, advirtió la calificadora de riesgo, que ha acompañado el coro de alarmas sobre la política energética que predominó en la administración de Andrés Manuel López Obrador y relegó la participación de privados en el sector.
De acuerdo con datos oficiales, julio ha sido históricamente el mes con mayor demanda de energía, seguido de agosto y junio. Fitch espera que la demanda de energía continúe creciendo, dada la aceleración económica en México, principalmente debido al nearshoring, y las temperaturas más altas durante el verano.
El Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) estima que entre 2024 y 2038 el consumo eléctrico crecerá 2.4 por ciento en el escenario base y 2.8 por ciento en un escenario de alto crecimiento, esto se suma a una demanda de electricidad que ha aumentado aproximadamente 3.5 por ciento en los últimos dos años.
El incremento de la demanda, de acuerdo con Fitch, exhibe que México requiere la expansión y modernización de la red eléctrica para mejorar la flexibilidad y estabilización del sistema, dar cabida a nuevas plantas, aumentar la combinación de fuentes de energía y permitir la entrada de proyectos de energía renovable, al tiempo que se gestiona la intermitencia que introducen en el sistema.