Ciudad de México. Conmociones mundiales como la pandemia, la guerra en Ucrania y el conflicto en Oriente Medio han retrasado el acceso universal a una energía asequible, confiable, sostenible y moderna para 2030-2050, como está establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible internacionales, dijo Alma América Porres Luna, ingeniera geofísica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la conferencia Perspectivas de la exploración y producción de hidrocarburos en un entorno de transición energética en México, organizado en el contexto del ciclo Universidades en la Ciencia, en El Colegio de México, la experta señaló que en 23 años el desarrollo de las energías renovables no ha crecido de forma significativa.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) en 2000, el consumo a escala mundial provenía en 64.7 por ciento de los combustibles fósiles; 16.6 por ciento de la nuclear, y 18.7 por ciento de las limpias. Para 2023, 60.6 por ciento corresponde a fósiles, 9.1 por ciento es nuclear, y 30.3 por ciento es renovable. Se trata de una estadística alarmante porque se había proyectado el uso de renovables de forma más intensa para este año”.
Porres Luna señaló que la carga más pesada de este retraso la padecen los países en desarrollo, los cuales tienen una capacidad limitada para mitigar la volatilidad de los precios de la energía, lo cual los lleva al racionamiento energético y el aumento de la pobreza.
Para revertir esta situación, la especialista se pronunció por emprender planes para ampliar las renovables, la eficiencia energética, invertir en electrificación a gran escala, al tiempo que se reducen gradualmente los combustibles fósiles para suministrar energía limpia.
En su exposición, resaltó que independiente de su origen, la energía es el núcleo del desarrollo: posibilita las inversiones, las innovaciones, las nuevas industrias que impulsan el empleo, el crecimiento inclusivo y la prosperidad compartida que hacen un planeta más habitable.
Cambio climático
En contexto donde se exige pasar de las fuentes fósiles a otras más limpias, como parte de las acciones para combatir los efectos del cambio climático, reconoció que la tarea no resulta sencilla:
Cómo vamos a transitar hacia unas energías limpias si en la actualidad hay 675 millones de personas sin electricidad en el mundo, y 2 mil 300 millones dependen de combustibles y tecnologías tradicionales contaminantes (carbón o leña) para cocinar sus alimentos. No podemos, de un día a otro, soslayar las fuentes fósiles y minimizar la demanda cada vez más alta.
La ex comisionada del Órgano de Gobierno de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) por 12 años, planteó que ante este escenario, el sector energético seguirá jugando un papel protagonista, pero debe establecer estrategias para reducir las emisiones de CO a la atmósfera, impulsando renovables en detrimento de las fósiles
.
En México, la dependencia energética de los combustibles fósiles es superior a la media mundial, con 80 por ciento del consumo, y aunque el país tiene proyectado alcanzar un mejor balance, que baje a 40 por ciento para 2040, parece un objetivo difícil de alcanzar.
La nación no cuenta con energías limpias accesibles a las actividades productivas, tampoco ha logrado avances en cero emisiones de gases de efecto invernadero, y hay pocas mejoras científicas y tecnológicas para lograr procesos de producción rentables.
La especialista consideró que debido a estas causas los combustibles fósiles en México mantendrán una presencia relevante más allá de 2040, con el gas como eje de la transición. Alertó de los riesgos de este protagonismo, ya que el sector tiene una caída en la producción de aceites, no se han incorporado nuevas reservas, la demanda de energía es creciente y hay una dependencia de 70 por ciento de las importaciones de gas.
Es muy difícil para el país soportar esta situación, con las condiciones en que estamos en la industria petrolera nacional, cuando las renovables no han entrado y sólo abastecen 15 y 20 por ciento de las necesidades
, reiteró.
La experta se pronunció porque, mientras se promueve la incorporación de energías alternativas y renovables, se emprendan acciones para mantener la fortaleza de la industria de los hidrocarburos con acciones ágiles, eficientes y de bajo impacto ambiental.
Una medida estratégica es continuar con los proyectos de exploración y producción de hidrocarburos, de igual forma que lo hacen países como Estados Unidos, Brasil, Noruega, Inglaterra.
Porres Luna propuso una matriz energética para definir una visión de futuro en el sector, que plantee un equilibrio entre fósil/renovable, para realizar prospectivas de transición energética, y responder al incremento en la demanda de energía en el país de forma eficiente y en cumplimiento con las normas ambientales, congruentes al crecimiento de la población, al desarrollo económico y a la relocalización industrial nearshoring'”.