Jerusalén. Miles de israelíes, en su mayoría ultranacionalistas, participaron este miércoles en una marcha anual por un populoso vecindario palestino en la Ciudad Vieja de Jerusalén, una cita que suele incluir cánticos racistas y altercados.
Jerusalén, que está en el corazón del conflicto israelí-palestino, ha estado tranquila en su mayor parte durante la guerra entre Israel y Hamas, pero la marcha podría provocar tensiones generalizadas como ocurrió hace tres años, cuando contribuyó a provocar una guerra de 11 días en Gaza.
La guerra actual comenzó con el ataque de Hamas del 7 de octubre, en el que los milicianos mataron a unas mil 200 personas —en su mayoría civiles— y secuestraron a otras 250. Israel respondió con una enorme ofensiva que ha matado a más de 36 mil personas, según autoridades locales de salud, desplazado a la mayoría de la población del territorio y causado una destrucción generalizada.
Estados Unidos apoyó un plan de cese el fuego y canje de prisioneros presentado por su presidente, Joe Biden, la semana pasada. Pero Israel afirma que no pondrá fin a la guerra sin destruir a Hamas, mientras que el grupo armado reclama un cese el fuego duradero y la retirada total de las fuerzas israelíes.
La marcha anual conmemora el “Día de Jerusalén”, que recuerda la captura de Jerusalén Oriental, incluida la zona antigua y sus lugares de culto sagrados para judíos, cristianos y musulmanes, en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Israel considera que toda Jerusalén es su capital, pero su anexión de Jerusalén Este no tiene reconocimiento internacional. Los palestinos, que reclaman Jerusalén Este como la capital de un estado futuro, ven la marcha como una provocación.