Ciudad de México. Al margen de la permanencia de Rogelio Ramírez de la O al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Moody’s está a la espera de más información sobre el plan de gobierno de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, para evaluar si se requieren cambios en el perfil crediticio de la deuda soberana del país, actualmente dos peldaños por encima del grado de inversión. No será sino hasta el último trimestre del año, cuando la próxima administración ya estaría en funciones, que la agencia de riesgo hará una revisión a su nota sobre México.
Las claves en la evaluación del perfil crediticio del soberano mexicano –que no implica en automático una mejora o deterioro de éste– son los planes de ajuste fiscal, el cómo se planea reducir el déficit público que este año se perfila a ser de 5.9 por ciento, para recortarse prácticamente a la mitad, 3 por ciento, en 2025; así como el efecto que Petróleos Mexicanos (Pemex) tendrá en el balance general de las finanzas públicas, detallaron los analistas de la firma de riesgo crediticio.
En julio de 2022, Moody's redujo a Baa2 la calificación de la deuda soberana de México y puso la perspectiva en estable. Un par de meses después, Renzo Merino, analista líder del soberano en la firma de riesgo, explicó que esa valuación permitía a las finanzas públicas absorber posibles choques el resto de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Casi dos años después, este miércoles, Renzo adelantó que una revisión al perfil crediticio de México podría darse hacia el cuarto trimestre de este año. Por primera vez la administración entrante comenzará el 1 de octubre y no el 1 de diciembre, como era usual. Y un mes antes, en septiembre, se entregarán los Criterios Generales de Política Económica, como parte del Paquete Económico, donde quedarán detalladas las proyecciones de gasto, ingreso y balance público de la gestión entrante.
“Con el cambio de gobierno será necesario revisar este escenario base que tenemos para la calificación de México (...) hacia el cuarto trimestre de este año estaríamos en una posición de tener más información para realmente evaluar el nivel y en última instancia la perspectiva que tenemos del soberano. Recordando que la calificación actual del gobierno es Baa2, dos peldaños dentro del grado de inversión, con perspectiva estable”, expuso el analista en conferencia.
Enfatizó que uno de los temas de mayor interés para Moody’s es el curso del plan para Pemex, dado que el riesgo crediticio de la petrolera está incorporado en la valuación de las finanzas públicas. “Si es que hay cambios en cuanto al manejo de la deuda de Pemex y el rol que podría tener el gobierno federal en algún tipo de transacción, será importante para nosotros entender cuál es el impacto final sobre la hoja de balance del gobierno y las métricas de deuda”, detalló Merino.
Puntualmente, sobre algún cambio en la calificación de Pemex, Roxana Muñoz, analista de la petrolera, adelantó que Moody’s podría reducir más su nota, dependiendo del cómo se plantee la reestructura de la deuda. “Todo va a depender de cómo se va a realizar y si habrá pérdidas para los inversionistas. Esto sería lo principal a monitorear (...) la recompra de deuda con descuento aumenta el riesgo de un incumplimiento”.
La petrolera arrastra una valuación de su deuda como “altamente especulativa” por parte de Moody’s. Apenas en febrero, la firma de riesgo redujo de B1 a B3 la nota de Pemex, sin pasar por B2, y puso su perspectiva en negativa, lo que abre la puerta a un mayor deterioro.