Washington. La nueva cápsula para astronautas Starliner de Boeing BA.N despegó este miércoles de Florida en un primer vuelo de prueba con tripulación, un hito en las ambiciones del gigante aeroespacial de intensificar su competencia con SpaceX de Elon Musk.
El CST-100 Starliner, con dos astronautas a bordo, despegó desde Cabo Cañaveral, en Florida, sobre un cohete Atlas V acondicionado y pilotado por United Launch Alliance (ULA), una empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin LMT.N.
La cápsula y su tripulación se dirigían a un encuentro con la Estación Espacial Internacional (EEI), dos años después de que el Starliner completó su primer viaje de prueba al laboratorio orbital sin astronautas a bordo. Las maniobras de acoplamiento con la tripulación supondrán otra prueba para el Starliner, seguida aproximadamente una semana después por el reto de un regreso a la Tierra.
Boeing pretende que Starliner compita con la cápsula Crew Dragon de SpaceX, que desde 2020 es el único vehículo de la NASA para enviar tripulantes a la EEI a órbita desde Estados Unidos.
Problemas de última hora habían postergado los dos primeros intentos de lanzamiento con tripulación del Starliner. La cuenta atrás del 6 de mayo se detuvo dos horas antes del despegue por tres problemas que requirieron semanas de escrutinio. Otro intento, el sábado pasado, se detuvo menos de cuatro minutos antes del despegue por un fallo de una computadora de la plataforma de lanzamiento.
El miércoles, los motores del Atlas V rugieron en medio de nubes llameantes de gases de escape y vapor de agua refrigerante cuando la nave espacial salió rugiendo de su plataforma de lanzamiento hacia el cielo desde la costa atlántica de Florida.
La tripulación inaugural del Starliner de siete plazas incluye a dos astronautas veteranos de la NASA: Barry Butch Wilmore, de 61 años, capitán retirado de la Marina estadunidense y piloto de caza, y Sunita Suni Williams, de 58 años, antigua piloto de pruebas de helicópteros de la Marina con experiencia en más de 30 aeronaves diferentes.
Si todo va según lo previsto, la cápsula llegará a la EEI tras un vuelo de unas 24 horas y se acoplará al puesto de investigación orbital a unos 400 kilómetros sobre la Tierra.