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La quinta parte de nuestra población vive en la frontera norte

31 de mayo de 2024 00:03

Las entidades de la frontera norte del país concentran la quinta parte de la población mexicana y tiene interesantes particularidades. En ocasión del quincuagésimo aniversario del Consejo Nacional de Población (Conapo) se organizó un seminario regional en conjunto con El Colegio de la Frontera Norte y el Consejo Estatal de Población de Baja California.

En siete entidades de esta frontera viven 25.5 millones de personas, 19.2 por ciento de la población nacional. Se incluye Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; de acuerdo con las Proyecciones de Población 2020-2070 del Conapo, para 2064 vivirán en esta región 31.7 millones.

Mientras el país crece a una tasa cercana a uno por ciento (0.85 por ciento), Baja California Sur es la entidad con la tasa de crecimiento más alta de todo el país, crece al 2.04 por ciento anual, principalmente por ser un polo de atracción turística.

Algunas de las entidades de la frontera norte tienen las más altas tasas de esperanza de vida al nacer: Nuevo León con 77.7 años y Baja California Sur con 77.2 años, como en todo el país; la brecha en la esperanza de vida entre hombres y mujeres es de seis años y dentro de seis años la proporción de personas mayores de 60 años igualará al porcentaje de niños menores de 12 años.

Las entidades de la frontera tienen tasas globales de fecundidad (TGF) más bajas al promedio nacional, a excepción de Nuevo León y Coahuila. En cuanto a la tasa específica de fecundidad de adolescentes también muestra un descenso que se prolongará en los próximos años, con excepción de Coahuila, que ocupa el tercer lugar entre las más altas del país, en situación contraria a Baja California, que presenta las tasas más bajas, como ocurre en la de Ciudad de México.

La frontera norte se caracteriza por su diversidad y dinamismo. En 2020 era el hogar de 7.6 por ciento de la población indígena y 5 por ciento de hablantes de lengua indígena, quienes presentan mayor proporción en Sonora (13.3 por ciento), Baja California Sur (11.9 por ciento) y Chihuahua (10.5 por ciento). Quince por ciento de la población afrodescendiente del país vive en las entidades de la frontera norte, principalmente en Baja California Sur (2.9 por ciento), Baja California (2.3 por ciento) y Nuevo León (1.9 por ciento).

Las entidades de la frontera norte son polos de atracción de población, a excepción de Tamaulipas, única que cada año pierde población. Las más altas tasas de inmigración interna están en Baja California Sur, Baja California y Nuevo León, la primera presenta la mayor recepción de población, y en la segunda, Baja California, donde 39 por ciento de las personas residentes nacieron en otra entidad (censo 2020).

Además del crecimiento en volumen, la migración interna acarrea otros impactos indirectos: en la estructura por edad y sexo, como son mayormente jóvenes quienes migran, la fecundidad potencial aumenta en estas zonas, misma que se pierde en los sitios expulsores; y en términos del perfil productivo y económico, obviamente el crecimiento es positivo.

En el mediano plazo, las tendencias en las proyecciones indican una estabilidad de las cifras, toda vez que se vinculan son fenómenos macroeconómicos que los mantienen como polos de inversión y desarrollo desde hace 50 años. No obstante, se trata de un componente muy volátil, que puede variar por cambios en las políticas y cuestiones coyunturales.

La mayor inversión en infraestructura en la región sur-sureste del país, que es prioridad del gobierno de México, tendrá efectos posibles a mediano y largo plazos en la reorientación de las migraciones internas y en la mayor equidad económica regional, si es que se generan cadenas de valor, se apuntalan economías de escala y se ofrecen mejores condiciones de vida a quienes migren a esa región. Un gran desafío para las predicciones demográficas se relaciona con el desplazamiento forzado interno, la violencia y los desastres asociados a fenómenos naturales, tales como el riesgo hidrometeorológico, sísmico y volcánico.

Las entidades de la frontera norte tienen un papel preponderante en la migración internacional. De acuerdo con las proyecciones del Conapo, se conservará un saldo neto migratorio cercano a cero, en coincidencia con los resultados de la Encuesta sobre Migración en la Frontera (EMIF). México es un país de emigración, tránsito y destino, la relativa estabilidad de la población mexicana de primera generación, con 12 millones de personas residentes en Estados Unidos hoy muestra nuevas aristas: la continua pero reducida emigración reciente, con excepción del repunte de 2022, relacionado con la pospandemia, el aumento de las visas de trabajo temporal agrícola de 276 mil y no agrícola de 85 mil; por su parte, la migración de tránsito creció a casi 315 mil personas y, en sentido opuesto, las personas devueltas por la autoridad migratoria mexicana llegaron a 122 mil en ese año.

En las entidades del norte del país se recibe una quinta parte del total de las remesas. Como sabemos, todas las previsiones demográficas sobre la inmigración internacional en México están directamente relacionadas con la política estadunidense.

*Secretaria general del Conapo.

X: @Gabrielarodr108



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