Con el uso de biofertilizantes microbianos se logró incrementar 55 por ciento el rendimiento de caña de azúcar y 95 por ciento el ingreso al productor, así como reducir el uso de fertilizantes químicos en un 22 por ciento además de que se elevó en 8 por ciento la captura de carbono en cuatro parcelas ubicadas en Morelos durante el primer ciclo productivo, sostuvo Marcel Morales Ibarra, director de Biofábrica Siglo XXI.
Subrayó que el potencial para aumentar los niveles de productividad y sustentabilidad en caña de azúcar, serán significativamente mayores si, al uso de los biofertilizantes, se añade la incorporación de materia orgánica al suelo, el control biológico de plagas y enfermedades, la sustitución de la cosecha manual por mecanizada y el uso eficiente del agua.
La práctica de la quema de la caña, es responsable de más del 50 por ciento de los gases de efecto invernadero que genera, y la cosecha mecanizada, acompañada con el uso de los biofertilizantes, ayudaría a eliminar entre un 70 y 80 por ciento las emisiones del cultivo.
Para hacer frente a la sequía y en el contexto de cambio climático, productores, organismos internacionales y sector privado anunciaron una alianza para impulsar el Programa nacional de transferencia de tecnología para la producción rentable y sustentable de caña de azúcar en México.
Dijeron que esto es a fin de avanzar en la construcción de alternativas viables y deseables para hacer frente a fenómenos como el cambio climático, las altas temperaturas o la sequía. Los ejes del programa son la investigación y el desarrollo biotecnológico, así como la capacitación y asistencia técnica a los productores y en él participan Biofábrica Siglo XXI, la Unión Nacional de Cañeros de la CNPR y Coca Cola.
Morales Ibarra destacó que el cambio climático es el reto más importante de la sociedad, ya que el modelo agrícola actual es responsable de una tercera parte de los gases de efecto invernadero que se emiten en el mundo. Aunado a esto, la agricultura también incide directamente en la crisis hídrica, ya que en ella se consumen, de manera altamente ineficiente, más de dos terceras partes del agua dulce del mundo.
Ante estos retos hay alternativas sólidas con base científica, que permiten revertir la tendencia destructiva que ha tenido la agricultura, “para que, de ser parte importante del colapso climático, sea parte importante de su solución”.