Johannesburgo. Los conteos preliminares de las elecciones nacionales en Sudáfrica situaban a Congreso Nacional Africano, que gobierna el país, con apenas el 42 por ciento de los votos, lo que planteaba la posibilidad de que pudiera perder la mayoría por primera vez desde que llegó al poder liderado por Nelson Mandela tras el final del apartheid en 1994.
Con apenas el 16 por ciento de los votos contabilizados y declarados, la cifra ofrecía una imagen parcial tras los comicios del miércoles. Se esperaba que el resultado final de una votación que podría suponer el mayor cambio político en la joven democracia sudafricana tomará varios días, y la comisión electoral independiente aseguró que estaría publicado para el domingo.
Los sudafricanos esperaban en suspenso a ver si su país, la economía más avanzada de África, estaba al borde de un gran cambio.
La comisión electoral estimó una participación del 70 por ciento en las elecciones, por encima del 66 por ciento de la votación anterior en 2019. El CNA obtuvo el 57.5 por ciento de los votos en esos comicios, su peor resultado hasta ahora.
La votación se consideraba un referendo directo sobre las tres décadas de mandato continuado del partido, que liberó a Sudáfrica del opresivo y racista régimen del apartheid en las famosas elecciones con votantes de todas las razas en 1994, pero que ha ido perdiendo popularidad durante los últimos 20 años.
Este año podría ser el punto de inflexión en el que la mayoría de los sudafricanos den la espalda al CNA y le nieguen la mayoría por primera vez.
Sin embargo, la oposición política está dividida en varios partidos, y aun así se esperaba que el CNA fuera la formación más votada y con más escaños en el Parlamento. Si quedaba por debajo del 50 por ciento de los votos por primera vez, probablemente necesitaría una coalición para mantenerse en el gobierno y un acuerdo con los demás para relegir al presidente, Cyril Ramaphosa. El CNA nunca ha necesitado una coalición para gobernar.