Ciudad del Cabo. Los sudafricanos estaban llamados a las urnas el miércoles, para participar en las elecciones más reñidas desde el final del apartheid, con sondeos de opinión que sugieren que el Congreso Nacional Africano (CNA) podría perder su mayoría parlamentaria tras 30 años en el gobierno.
Se formaron colas en las principales ciudades, Johannesburgo, Ciudad del Cabo y Durban, al comenzar la votación hacia las siete de la mañana (0500 GMT), y también se vieron filas en los municipios de las afueras de las ciudades y en las zonas rurales.
"Quiero ver un cambio en Sudáfrica", dijo Bongile Mkunqa, un desempleado de 53 años que acudió a votar en Langa, el municipio negro más antiguo de Ciudad del Cabo. "Hace mucho tiempo que el CNA manda en el país, pero no ha cambiado".
Votantes de todo el país se refirieron a las altas tasas de desempleo y delincuencia, los frecuentes cortes de electricidad y la corrupción en las filas del CNA como razones para votar a partidos opositores, pero otros desconfiaban del cambio.
El pensionista Charles Louw, de 62 años, dijo que seguiría siendo leal al CNA, ya que desconfiaba de las promesas de los partidos de la oposición.
"El CNA lo ha intentado, está ahí, tiene experiencia, sabe cómo acomodarlo todo. Pero los nuevos partidos, ¿por dónde van a empezar?", dijo tras votar en Alexandra, un extenso municipio al este de Johannesburgo.
Dirigido entonces por Nelson Mandela, el CNA se hizo con el poder en las primeras elecciones multirraciales de Sudáfrica, en 1994, y desde entonces ha obtenido la mayoría en las elecciones nacionales celebradas cada cinco años, aunque su porcentaje de votos ha ido disminuyendo gradualmente.
Si esta vez no alcanza el 50 por ciento, el CNA tendrá que pactar con uno o varios partidos más pequeños para gobernar, un terreno desconocido y potencialmente agitado para una joven democracia que hasta ahora ha estado dominada por un solo partido.