Ciudad de México. La programación competitiva, más que un pasatiempo, es una herramienta de desarrollo profesional por medio de la cual se desafían y mejoran las habilidades lógico-matemáticas, algorítmicas y de programación, afirmó Jorge Alberto Solano Gálvez, maestro en ciencia e ingeniería por el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Son retos computacionales en los que se da un problema de tipo lógico-matemático, algorítmico o de programación con el fin de que los competidores demuestran su capacidad en el uso de diversas estructuras de datos o estrategias de construcción de algoritmos, así como diversos lenguajes de programación, como C++, Java y Python para resolverlo. La respuesta debe obtenerse en el menor tiempo posible, con la menor cantidad de recursos de cómputo posibles
, explicó.
Rapidez y eficiencia
Dependiendo de la competencia, se pueden hacer planteamientos, como mueve un elemento E del punto P al punto Z, en los que la cuestión es responder ¿en cuánto tiempo puede moverse? y ¿qué es lo más rápido que puede hacerlo? Y una vez que se tiene la respuesta, revisar ¿qué tan eficiente es?
Ingeniero en computación egresado de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, Solano Gálvez sostuvo que alrededor del mundo existen diversas plataformas y competencias internacionales, entre las cuales destacan Codeforces, HackerRank, LeetCode, Google Code Jam, Programción Extrema del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, y el Concurso Internacional de Programación Universitaria, esta última es la competencia por excelencia a la cual las grandes empresas están atentas por el alto nivel de los participantes.
Resaltó que, además de las competencias, cada vez se crean más clubes en torno a la programación competitiva, porque ha demostrado tener múltiples beneficios para quienes la practican: ayuda a los ingenieros a desarrollar un pensamiento algorítmico y a encontrar soluciones eficientes para problemas complejos.
Preparación que abre puertas
También los prepara para entrevistas técnicas en grandes empresas tecnológicas y les puede abrir puertas a becas, pasantías y empleos.
Quienes la practican desarrollan habilidades para el trabajo bajo presión, porque tienen que resolver un problema en el menor tiempo posible, y también mejora el análisis de algoritmos, ya que se puede proponer una solución, pero ¿qué tan eficiente es? Ahí se tiene que abstraer el problema y determinar cuál es el algoritmo que lo soluciona mejor.
Agregó que desarrollan agilidad mental en lógica de programación y matemática, y en eficiencia computacional, que cuando llegan a una entrevista de trabajo muestran un nivel técnico mayor; entonces, no les cuesta obtener el empleo
.
En México, la programación competitiva no es muy difundida, pero tiene una presencia importante a partir del nivel medio superior con la Olimpiada de Informática, que se hace en los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) de la UNAM.
En la pandemia por covid-19, Solano Gálvez fundó el Club de Programación Competitiva de la FI, después de que el alumno Néstor Martínez, quien había participado en una competencia, le propuso preparar a estudiantes de informática con la finalidad de entrar en esos certámenes.
Él participó por casualidad; se dio cuenta de las habilidades adquiridas a partir de la programación competitiva y me propuso el proyecto. A partir de ahí, comenzamos a generar material y a capacitar instructores.
Buenos resultados
A tres años de la fundación del club, los integrantes han participado en competencias cada vez con mejores resultados. En la primera quedamos en el lugar 35; en la pasada, en el 11 y el 20, y este año la idea es meternos entre los 10 mejores sitios e irnos a la clasificación de Latinoamérica
.
A pesar de que el club tiene poco tiempo de creado, ha tenido buenos resultados: al menos 10 participantes han logrado hacer pasantías en empresas internacionales, como Google, Meta, Microsoft, y empresas nacionales. Destacó el caso de Leonardo Míkel Cervantes Mateos, Fredin Alberto Vázquez Martínez y Ricardo López Becerra, en Microsoft, y Carlos Andrés Troncoso González, en Meta.
Esos éxitos motivan a seguir, porque algo que en un principio puede verse como un juego, como un pasatiempo, en realidad va más allá, cambia la carrera de nuestros ingenieros computacionales
, concluyó.