Las opciones de la maternidad atraviesan por completo la novela La herencia, explicó su autora, Verónica Escalante, para quien existe un auge de escritoras nuevas que hablan de ese tema de forma inédita: hoy se atreven a abordarlo desde otro enfoque
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El texto, publicado originalmente en 2021 en México, fue editado hace unos meses con el título Blood Ties en el sello británico Mountain Leopard Press de Hachette. Además, se están preparando versiones en ruso y portugués, que aparecerán en las editoriales Eksmo, una de las más importantes en Rusia, y en la brasileña Faro Editorial.
En entrevista con La Jornada, la también periodista destacó la importancia de abrir sendas hacia lugares donde cuesta tanto que llegue la literatura mexicana; que una editorial en Reino Unido, Rusia o Brasil se interese por historias mexicanas y tan locales es importante, como un caminito para las escritoras nacionales que quieren hacer lo mismo; que haya un precedente que abra puertas
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Escalante reseñó que su novela aborda temas como la culpa, la maternidad y el aborto, que es universal; de lo que es capaz o no un ser humano; tópicos universales. Lo local nunca es tan local, porque el ser humano es igual en todos lados
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La narradora recordó que quería hablar de la maternidad en general: las que tienen y las que no, las que abortan y las que no abortan. El final del libro es como un nacimiento, un salir del útero a la vida. Está completamente atravesado por la maternidad
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Felícitas Sánchez, el punto de partida
Esa posibilidad, continuó la novelista, está en las escritoras, aunque no hayan tenido hijos, pues el modo de abordar, ver, querer y escudriñar el otro lado de las mujeres es mucho más minucioso, pausado, y parecería que menos duro, pero, por lo mismo, puedes contar cosas mucho más brutales
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La herencia parte de la historia de Felícitas Sánchez, una partera que hacía abortos. Se dijo que destazaba niños y quemaba los cuerpos en el bóiler. Fue víctima del periodismo de los años 20 del siglo pasado, que era la nota roja y amarilla, casi los inicios de la novela negra en México
, mencionó Escalante.
Un reportero encontró la historia de la que acusan de asesina de niños y “empieza a hacer el reportaje casi como novela negra, por capítulos, como folletín y con los enganches necesarios para que la gente volviera a comprar el periódico al día siguiente. Era el entretenimiento.