Numea. El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió este jueves que no impondrá "a la fuerza" una controvertida reforma electoral en Nueva Caledonia, en un intento de calmar los disturbios que desde hace 10 días, dejaron seis muertos en este archipiélago del Pacífico.
"Después de escuchar a todo el mundo (...) me he comprometido a que esta reforma no se aprobará a la fuerza" y "que nos daremos unas semanas para permitir el apaciguamiento y la reanudación del diálogo con vistas a un acuerdo global", declaró en rueda de prensa desde Numea.
La actual crisis, que costó la vida a cuatro civiles y dos gendarmes, estalló el 13 de mayo con una reforma del censo electoral de Nueva Caledonia, cuya aprobación por el Parlamento en París quiere el gobierno para finales de junio.
Los pobladores originarios canacos, independentistas en su mayoría, rechazan este plan de ampliar el derecho de voto en las elecciones provinciales a quienes lleven viviendo en el territorio al menos 10 años.
La normativa actual lo reserva a los electores inscritos en 1998 y sus descendientes, y muchos canacos, que constituyen alrededor del 40 por ciento de la población, temen que la reforma diluya su influencia en las instituciones caledonias.
El gobierno propuso la reforma del censo en pleno debate sobre el futuro institucional de Nueva Caledonia, después que sus habitantes rechazaran la independencia en tres referendos, el último contestado por los independentistas.
Macron quería que el Parlamento francés aprobara el cambio censal a finales de junio, pero, aunque no lo citó explícitamente, abrió las puertas a un aplazamiento, como le pide la mayoría de la clase política, con condiciones.