Madrid. Unos 783 millones de personas en el mundo padecen hambre crónica a causa de una “creciente y devastadora” crisis alimentaria, ocasionada por las crisis económicas, los efectos del cambio climático y el alza del precio de los alimentos, señala el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
En el marco del Día Mundial del Hambre, que se celebra este 28 de mayo, Europa Press expone que de acuerdo al PMA el número de personas que se enfrentan al hambre extrema casi se ha duplicado desde 2019 hasta alcanzar los 258 millones en 58 países en 2023.
Además, 35 millones de personas en 39 países estaban al borde de la hambruna en 2022 y se prevé que 600 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030.
Por otra parte el PMA apunta que el impacto de la sequía provocada por el fenómeno de El Niño amenaza a millones de personas con la inseguridad alimentaria tras las cuantiosas pérdidas de cultivos en África.
Países como Zambia, Zimbabwe y Malawi declararon estados de desastre luego de avizorar la pérdida de entre 40 y 80 por ciento de sus cosechas de maíz, indica.
Y si bien se acerca el fin del último patrón climático de El Niño, advierte que las sequías tendrán repercusiones en los próximos meses, a lo que se suma el aumento de la temperatura y la reducción del 20 por ciento de las precipitaciones necesarias para el crecimiento de los cultivos.
En este contexto el PMA gasta ahora 44 por ciento más para comprar la misma cantidad de alimentos al mes que antes de la pandemia. Es decir, por la misma cantidad, antes el PMA podía alimentar a cinco personas y ahora sólo a tres.
De acuerdo con el informe “Price Shocks” de World Vision, los que más sufren este aumento son los países más pobres, especialmente los afectados por conflictos violentos, fenómenos climáticos extremos y desplazamientos forzosos.
Por su parte, Plan International alertó recientemente que los países con mayor inseguridad alimentaria son también los que tienen una mayor desigualdad de género.