Suchiate, Chis. Unos dos mil migrantes mantienen un improvisado campamento en las márgenes del río Suchiate, que divide a México y Guatemala, en espera que el Instituto Nacional de Migración les brinde autobuses para trasladarlos a Tapachula y otras ciudades de Chiapas.
Familias completas, en su mayoría venezolanos, llevan varias semanas viviendo en precarias condiciones, algunos durmiendo en casas de campaña y otros sobre el suelo de tierra y a la intemperie, así como preparando sus alimentos en fogones en el piso.
Para acceder a los autobuses se inscriben en listas que organizan ellos mismo y que entregan a agentes del INM y de la Guardia Nacional que están instalados en un paso informal conocido como “El Coyote”. Pero apenas llegan unos tres autobuses y las listas crecen diariamente, cuentan los propios extranjeros.
Gabriela Pérez, de Venezuela, lleva una semana viviendo bajo un árbol junto a seis miembros de su familia, entre ellos dos menos de edad, y esperando que lleguen los autobuses para seguir su trayecto hacia los Estados Unidos.
“No nos dicen nada (las autoridades), que esperemos a que nos salga el bus, de ocho a 15 días, hay gente que lleva 15 días y no han salido. Estamos esperando porque nos da miedo seguir por miedo a que vayan hacer algo” expresó en entrevista.
Han decidido esperar, y no caminar por la carretera como lo han hecho varios, por temor a ser asaltados o secuestrados como han sabido por las redes sociales que les ha ocurrido a otros migrantes.
Andrea Mendoza, también venezolana, agregó que la estancia en el campamento no ha sido fácil y padecen incomodidades.
“Estoy cocinando en leña y bruma (humo) para hacerle la comida a los niños, esperando y durmiendo en una carpa (en el piso)” explicó.
De igual manera tiene miedo de irse caminando como lo han hecho otros que se han desesperado porque viaja con su esposo y tres hijos.
“Por los niños, me da miedo salir por ahí porque uno está aquí de inmigrante en este país y uno no sabe cuál es la situación verdadera de lo que pasa”, contó.
Los migrantes pidieron ayuda a las autoridades para agilizar los procesos que les permitan seguir hacia el sueño americano ya que de ninguna manera quieren volver a sus países de donde han salido por la pobreza, la violencia y la crisis política, principalmente.