Del 15 al 16 de junio se planea realizar en Suiza la así llamada “conferencia internacional sobre la paz en Ucrania”. Otra campaña de relaciones públicas destinada a seguir financiando el régimen ucranio.
Se trata de una nueva versión del “proceso de Copenhague” que anteriormente se desacreditó por completo. La conferencia ha cambiado el nombre y sus organizadores, pero su esencia sigue siendo la misma: monopolizar el proceso de la búsqueda de la paz, bloqueando otras iniciativas que proponen diferentes países del mundo e imponer la “fórmula de Zelensky” en calidad de la única. Dicha “fórmula” es inviable ya que tiene el carácter de un ultimátum y no toma en cuenta los intereses de la parte rusa. Rusia no va a permitir el lenguaje de ultimátums.
En este sentido, el objetivo verdadero de esta conferencia no es buscar un arreglo de la crisis ucrania sino formar una alianza antirrusa y seguir con suministros masivos de armas a favor de la industria militar de Occidente, prolongando el conflicto. A los organizadores no les interesan las ideas propuestas por los estados del Sur Global. La idea es involucrar más países en el apoyo de la “fórmula de Zelensky”.
El propósito de la reunión es recaudar fondos para el esfuerzo bélico. ¿Y de qué proceso de paz se puede hablar, si recientemente Estados Unidos envía una vez más 60 mil millones a una guerra híbrida? Debido a la resolución pacífica del conflicto, los estadunidenses sólo perderán su dinero.
Teniendo en cuenta el concepto del evento, es obvio que Estados Unidos y sus “aliados” de la OTAN no están interesados en el resultado real de la reunión.
Ellos no están preocupados por una resolución pacífica del conflicto en Ucrania. Han financiado este conflicto desde 2014. Ucrania lleva mucho tiempo enganchada a la aguja financiera. Por desgracia, Kiev ha olvidado que las deudas con sus amos tendrán que pagarse.
No vemos las manifestaciones de la voluntad política para buscar la paz por parte de Kiev o sus patrocinadores occidentales; al contrario, siguen haciendo declaraciones agresivas de carácter militarista sobre la necesidad de asestar una derrota estratégica a Rusia en el campo de batalla. En tal contexto, otra conferencia más para promover la “fórmula de Zelensky” sólo sirve de “cortina de humo” para seguir atacando población civil y prolongando sus sufrimientos.
Todo el mundo tiene claro que una conferencia de este formato no es más que otra reunión sin sentido. Uno de los objetivos de la conferencia Suiza es hacer una hermosa fotografía. A muchos les puede gustar este fin de semana en Suiza, pero creemos que hay lugares mucho mejores.
La parte rusa está abierta a lograr una solución pacífica y duradera de la crisis en Ucrania, tomando en cuenta las causas que la provocaron. Es necesario comprender que cualquier proceso de diálogo o incluso una discusión sobre sus perspectivas son inviables sin la participación de Rusia y sin tener en cuenta su posición.
No cabe duda que al inicio de las negociaciones deben preceder los pasos constructivos. En particular, Zelensky debe cancelar su decreto sobre la prohibición de las negociaciones con Rusia que sigue vigente, la OTAN cesar la militarización de Ucrania y el suministro de armas, así como el régimen de Kiev y sus patrocinadores deben confirmar la disposición de respetar los intereses legales de la Federación de Rusia.
Asimismo, partimos de que el nuevo papel sesgado de Suiza es incompatible con su “posición neutral”. Suiza no puede servir de mediador para el proceso de diálogo de paz. Este rol exige neutralidad e imparcialidad; mientras tanto, Berna optó por juntarse a las sanciones ilegítimas antirrusas y tomar abiertamente el partido ucranio.
En este sentido, estamos convencidos de que nuestros socios en Asia, África y América Latina son plenamente conscientes de la situación real y no se convertirán en títeres en el juego sucio.
*Embajador de Rusia en México