Ciudad de México. Una fila de 120 personas, que esperaron hasta dos horas, para comer los tacos de El Califa de León, que recibió una estrella Michelin, fue la constante en el pequeño local fundado en 1968; mientras Mario Hernández, uno de los propietarios, dijo que aún no asimila el premio internacional y la euforia de los comensales por degustar los tacos, cuya receta secreta se basa sólo en la preparación y el entusiasmo del personal
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Algunos llegaron de distintas colonias de la capital, así como de los estados de México, Chihuahua, Chiapas, hasta de Japón, quienes dijeron que valió la pena esperar y sentir de cerca el calor de 300 grados de la plancha en la que se cocina la gaonera, el bistec, la chuleta y la costilla.
Los comensales observaban atentos la preparación de los finos cortes cocidos con sal de grano y una gotas de limón, mientras de las tortillas se encargan desde hace 28 años las manos de Martha Vega.
La mujer –que también participa en la preparación de la salsa verde cruda de chile serrano, cebolla troceada y roja de chile pasilla– confesó que de los 15 kilos de masa que usaban para las tortillas al día, esta semana fueron hasta 40.
La hilera empezaba frente a la taquería de avenida Ribera de San Cosme, colonia San Rafael, y llegaba hasta la calle Miguel E. Schultz, donde por ratos no se podía caminar por los puestos semifijos de la acera y porque los nuevos clientes se tomaban fotos.
Martha recordó que un asiduo asistente fue Luis Donaldo Colosio, quien cuando no podía venir hacía pedidos de 200 tacos
, además del cantante José José. Gabriela, hermana de uno de los propietarios, recordó que el nombre corresponde al sobrenombre del torero Rodolfo Gaona, quien mantenía una amistad estrecha con su padre Juan Hernández.
La taquería abre de las 11 de la mañana a las 2 de la madrugada los 365 días del año, excepto jueves y viernes de Semana Santa.